José Cortazar Navarrete-Mérida, Yuc.- Los padres de familia deben de informarse más para atender las demanda de actividades de sus hijos. Estudios recientes publicados por la Organización Mundial de la Sad (OMS), detallan aspectos importantes en la atención de niños menores de 5, hasta 14 y 17 años para cubrir necesidades emocionales y de desarrollo, advirtió la especialista Mariana Ruz Enriquez.
Terapeuta y licenciada en Educación, Ruz Enriquez explicó que, en la actualidad las tareas ocupacionales de los padres de la familia chocan con las actividades emocionales de los niños, por ello, en la búsqueda de un equilibrio, ambas partes deben moldear acciones y tareas en la convivencia familiar y no obligar a un menor a vivir en el silencio de una pantalla de televisión o de un ciber equipo.
Conocemos el daño que ocasiona que un niño se quede frente a una pantalla de televisión por largas horas, muchas veces los padres de familia evaden la responsabilidad de cuidar a sus hijos y prefieren conectar una televisión y comprar un celular con internet, que verificar las condiciones emocionales de sus hijos.
Los estudios ofrecidos por la OMS advierten de este daño, en nuestro medio hay muy pocos estudios, por no decir cero información disponible para padres de familia para que actúen y concientizen sobre el impacto de programas de televisión, ciber información y la repercusión que esto conlleva en la vida activa de un niño.
Por recomendación de la OMS, un niño menor de cinco años, solo debe de tener acceso a una hora de televisión al día, de ser posible, menos, repuso. En este periodo de vida los niños deben de crecer con un 60 o 70 por ciento de actividades lúdicas, juegos para leer, escuchar música, apreciación de su entorno y la naturaleza y no ser condenados al sedentarismo, abundó.
Los estudios e informes que ha emitido la agencia mundial de la salud, establecen que, un niño debe de dormir a sus horas, debe de crecer sano emocionalmente, con una alimentación básica y establecida con alimentos tradicionales y lo más distante posible a la comida chatarra.
Hacer deporte, elaborar actividades complementarias entre grupos de niños, socializar en espacios sanos y con grupos adecuados a su momento emocional permitirán a un menor más confiado en sí mismo, en sus capacidades y también en su curiocidad para descubir más opciones en su experiencia de vida.
Los expertos de la OMS estudiaron los efectos del sedentarismo, y recomiendan que los niños no deberían de suponer la exposición a las pantallas, en lugar de ello, la OMS señala que actividades como leer, contarles cuentos, cantar y armar rompecabezas son importantes para su desarrollo, dijo la terapeuta.
De acuerdo con los datos de este informe de estos especialistas, cerca de 40 millones de niños en todo el mundo tienen sobrepeso. Esta cifra se ha multiplicado 10 veces durante los últimos 40 años entre los niños y jóvenes de entre 5 y 19 años y en nuestro entorno, se refleja de manera evidente, somos el estado número uno del pais en obesidad infantil, mucho de esto por la inactividad de los niños, falta de comincación entre el núcleo familiar y las previsiones de los padres de familia para anteponer sus actividades a las tareas de sus hijos.
La clave, reitera la profesional es: jugar más y que los niños duerman bien. Se debe potenciar la actividad física y disminuir las actividades sedentarias.
Para los menores de hasta 14 años, las tareas son muy similares, deporte, tareas extracurriculares y ampliación de la oferta educativa, atención a tareas interfamiliares, inclusión en las responsabilidades en los eventos y propuestas de todos los integrantes de la familia, sirven a la motivación y la corresponsabilidad de un adolescente, añadió.
En su caso, los adolescentes y padres de familia deben de estar en una comunicación mucho más estrecha, estableciendo retos y compromisos de acuerdo a las condiciones del proceso de desarrollo de la familia y sus miembros. Tareas y grupos sociales deben de ser abiertos y con ello apoyar la confianza y la transformación emocional del joven.
A su vez, un joven de 17 años reclama mucha más atención y cercanía en su proceso de consolidación emocional. Ahí es importante también aceptar y conocer el valor de la identidad y la percepción de los procesos de la información, ya que el lenguaje de comunicación de los jóvenes se transforma.
Es vital concientizar al joven sobre los compromisos familiares y con ello interactuar ante situaciones de conflicto en el que puedan caer los jóvenes, tanto en la escuela, como entre los grupos interfamilares, y su entorno, destacó.
Un adolescente muchas veces se retrae a la pequeña vida frente a un celular. De ahí la necesidad de expandir sus posibilidades para compensar el tiempo-pantalla, sus actividades educativas-deportivas-sociales-familiares, explicó.
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