Aunque no hay cifras oficiales por entidad federativa de México, en Yucatán el VIH también tiene cara de bebés y niños que nacen y viven día a día con todo lo que conlleva ser seropositivo o presentar ya sida.En Yucatán, aún no se erradica la transmisión perinatal del VIH, no se vela por el bienestar general de los niños que viven con ese virus y hay casos de madres que abandonaron a sus propios hijos con VIH, expresa Carlos Méndez Benavides, fundador del albergue Oasis San Juan de Dios, que apoya a personas con VIH/sida y se ubica en Conkal.“En la entidad están aumentando los casos de niños con transmisión perinatal”, asegura Méndez Benavides, en entrevista.
¿Cómo cuántos niños nacen así en Yucatán?
“No lo sé, pero arriba de uno estamos mal. No debe haber nunca. Hay más de uno, ¿cuántos? no lo sé”, contesta el entrevistado.“Pero hay un problema de salud pública: están aumentando los casos”, insiste. “Habrá que sumar los del Issste, IMSS, Secretaría de Defensa Nacional (hospitales militares), Seguro Popular y las clínicas particulares, pero no todos los reportan.“Las cifras del gobierno (de casos de VIH y sida) tienen no solo un atraso enorme, de seis meses; tienen un subregistro y, además, (están) maquilladas”, declara.En su sitio en internet, el Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida (Censida) tiene cifras de casos por transmisión perinatal del VIH pero nacionales, no por entidad federativa, ytambiéndesglosa los casos de VIH y sida por edades, pero también son números nacionales, no por estados.La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la transmisión perinatal o vertical del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como aquella que ocurre de la mujer embarazada a su hijo “durante el período de la gestación, el trabajo de parto o la lactancia”.En México hay 3,888 varones y 2,219 mujeres que tienen de menos de un año a 19 años de edad y son seropositivos, se les detectó VIH de 1984 a 2019
El principal reto para cumplir esta meta es la falta de detección oportuna y universal del VIH en el embarazo.Boletín del Censida abril-junio de 2018.
Méndez Benavides señala que “los gobiernos están obligados a que no haya ni un caso de VIH por transmisión perinatal, pero en Yucatán no hemos llegado a esa meta. Eso se debe a que no es obligatoria la prueba de detección de VIH.Foto ilustrativa. Internet“No debe ser obligatoria para la mujer, pero sí para el doctor, moralmente debe decirte: ‘Si estás embarazada, debes hacerte una prueba porque puede salvar a tu bebé, hay medicamentos que te podemos dar para bajar la carga viral a indetectable, o sea, ya no lo transmitirás’.“Además, se programa el nacimiento por cesárea, naciendo el bebé se baña con líquidos especiales y en menos de 20 minutos ya está tomando un medicamento profiláctico”, detalla.“Debe haber un paquete de servicios que se ofrezca a toda mujer embarazada para prevenir la posible transmisión perinatal del VIH”, subraya el entrevistado.
Los niños con VIH
Destaca que otro problema de la política del gobierno para la prevención y control del VIH o sida es que no se atiende a los niños con VIH para que logren su desarrollo personal.
No se mira a los niños, ya seanseropositivos (que tienen anticuerpos de VIH en la sangre) o seronegativos (no tienen anticuerpos detectables contra el VIH).
“Hay que definir estrategias para no perder a estos niños o bebés cuando sus padres mueren de sida.“El gobierno entrega a esos niños a tutores; amablemente intenta ayudarlos, pero sin razonamiento, solo por aquello de que el amor lo vas a obtener de un familiar porque es de tu misma sangre.“Revisamos casos de estos niños y vimos que algunos acabaron como los pequeños sirvientes de la familia, ni van a clases ni les procuran bienestar, porque no se vio la estabilidad de la familia a la que se eligió como tutora.“O (esos niños) acaban en el Caimede (Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo, del DIF Yucatán) y no hay un proceso de desarrollo que sí puede haber con otra familia.
(Los del gobierno) No apoyamos a esos niños (cuyos padres murieron de sida). Exigimos a la familia, pero no damos apoyo tampoco.
“Necesitamos apoyar a estos niños para que no tengan tanto sufrimiento, reducirles el daño del VIH y, al final de cuentas, cuando se les desarrolla el sida ¿qué pasa con la discriminación y los daños que sufren estos niños?“No basta dar un niño con VIH a una familia, hay que ayudarla a atenderlo. Son familias que requieren de mucho apoyo.“Esos niños no solo requieren de amor sino también de economía para tener una carrera profesional.“Que no se nos vaya la persona (muera) ni, por ejemplo, que las niñas acaben de meseras y los niños de sicarios o vendiendo droga en la calle. Hay que romper el círculo de pobreza y marginación que empezó con sus papás que ya murieron.“Necesitamos cambiar este paradigma de daños porque no basta con que el gobierno les dé un tutor y antirretrovirales”, enfatiza.“De antes los niños se morían (de sida) porque no había medicamentos para ellos, ahora ya hay, ya se les salva la vida, pero no se les da más oportunidades”, insiste Méndez Benavides.
Abandono de niños por VIH
Sobre los bebés abandonados por sus madres, indica que conocen de tres casos ocurridos en el hospital Agustín O’Horán, en Mérida.Fueron una mujer de una hacienda ubicada detrás deValladolid, quien dejó a su bebé porque nació con las vísceras afuera; una vecina de Acanceh y una joven de Playa del Carmen que sufrió un “shock” emocional al saber que su hija nació con VIH.“Hay mamás que han abandonado a sus bebés porque les dicen: ‘Mira tiene VIH y se están desarrollando muy rápido las infecciones y va a necesitar una lata de leche especial, son $700’. Ellas dicen: ‘Pero ‘¿cómo lo pago si mi marido gana $500? y eso solo es para unos días’.“El choque emocional de enfrentarse con la imposibilidad de salvar a un familiar produce cosas raras”, dice Méndez Benavides.Fuente: Diario de Yucatán
Relacionado
Descubre más desde NotaTrasNota
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.