
José Cortazar Navarrete- Mérida, Yuc. 3 de agosto– Los efectos de la emergencia sanitaria, del cierre de empresas y despidos, la falta de condiciones adecuadas para generar una economía más activa, ha obligado a un notable crecimiento de la economía informal, especialistas estiman que hasta un 20 por ciento en el último trimestre
Jorge Canché Escamilla, economista y docente de la Facultad de Economía de la Uady, explicó que, “es notable el fenómeno en Mérida y también en las poblaciones del interior del estado, donde la gente está vendiendo cualquier cantidad de productos con tal de tener recursos mínimos para su alimentación”, señaló.
Este problema es complicado, porque ya se por sí, la informalidad acaparaba el 58 por ciento de la economía del estado y en las actuales condiciones podría aumentar hasta un 15 o 20 por ciento, apuntó.
Es notorio el número de personas que están procesando alimentos, venta de productos de todo tipo por internet y también casa por casa, lo que advierte qué será muy difícil la recuperación de estos empleos y de la situación económica del estado, explicó.
Canché Escamilla puntualizó que, es preciso que el gobierno y la Iniciativa Privada establezcan un pacto y puedan salvarse las empresas, pero hemos visto que, al gobierno no le importa esta situación y esto puede derivar a una situación más crítica, esto es, un notable crecimiento de la delincuencia porque muchas personas al no tener recursos buscarán la forma de allegarse de ellos, abundó.
“La situación no es fácil, muchas personas que han perdido su empleo, también se quedan sin seguridad social, deben de recurrir a los mecanismos de la usura y los créditos que pueden ser también otra condición crítica, ya que agudizarán las exigencias económicas de una familia”, advirtió.
–Con ello, estamos a punto de entrar al proceso electoral y esto será un impacto muy fuerte porque la gente en este momento tiene hambre y será muy difícil cambiar un voto por un juguito o una camiseta, si las necesidades más apremiantes serán muy altas y las demandas de la población serán verdaderamente importantes, suscribió.
“Las previsiones económicas apuntan a una recuperación a partir de 2021, pero la sociedad yucateca no podrá aguantar tanto, la razón de mantenerse en el semáforo naranja, es la viabilidad de continuar las actividades económicas y buscar una mayor capacidad de recursos para las personas”. “Esto podrá ser, siempre y cuando se cumplan las medidas exigidas de la reactivación de las empresas, que se cumplan las medidas de control y exámenes de bioseguridad en las empresas, de otra manera, los contagios no se detendrán”, repuso.
“Yucatán tiene una vocación comercial, pero las empresas que más están sufriendo están en este sector, es preciso que, se puedan generar mecanismos de reincorporación laboral y que se generen controles estrictos para los trabajadores, de esta forma, se podrán tener empresas funcionando y una economía en proceso, recalcó.
“De momento, no hay un proceso de recuperación, nuestra economía está ligada al comercio con Estados Unidos, y si la economía de este país cae, como está sucediendo, la situación de las empresas nacionales será en la misma condición”, enfatizó.
“En los últimos 15 años, la tasa de informalidad registró un nivel de 58.2%, en Yucatán, una cifra muy alta”. “Nuestro estado se encuentra entre los 10 primeros en informalidad en el país, se trazaron medidas para una reducción, se propuso una reindustrialización y con ello reducir esta informalidad”, declaró.
“Ahora, todo esta detenido y está claro en retroceso, por ello, es muy viable que el trabajo informal pueda alcanzar hasta el 75 por ciento de la economía local este año”, apuntó.
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