
Cinco puntos con hallazgos arqueológicos sobre la ruta del Tren Maya tramo 5 sur obligarán a modificar el trazo de las vías, las cuales en un 70% deberán de ir elevadas con pilotes, situación no prevista en el proyecto técnico, informó la representación del INAH.
Enrique Alcalá Castañeda, arqueólogo encargado de los trabajos de levantamiento del INAH en el tramo 5 sur, dio a conocer que además de Paamul II, han sido descubiertos cuatro zonas más con vestigios, y que obligan a dejar intactos los puntos para la conservación de los sitios arqueológicos.
“Es un cenote, que no tiene nombre y está en el kilómetro 57 con un diámetro de 70 metros (…) está el sitio de Paamul II, junto con Garra de Jaguar, que están a 500 metros de distancia (…) y está Ocho Balas, junto con un grupo de cimientos; después está la cueva de Manitas”, explicó Alcalá Castañeda.
La cueva que ubican los arqueólogos en el kilómetro 57 del Tren es la misma que los ambientalistas han denominado “La Cueva de las Tortugas”, una caverna de unos 70 metros de diámetro y 50 de profundidad que en su momento Novedades de Quintana Roo ya había dado a conocer y que ha obligado a reconsiderar el trazo del Tren Maya.
“Cuando le mostramos al consorcio, en ese momento Grupo México, que no iban a poder pasar porque encontramos este cenote, se voltearon a ver uno a otros y un ingeniero le pregunta a otro: ¿cuándo hiciste el trazo no viste que había eso ahí?”, recordó el arqueólogo, quien agregó que la respuesta del segundo ingeniero fue: “es que en Google Earth había una nube”.
En este sentido y derivado del riesgo que significa para los vestigios el Tren Maya, prevén un 70% que las vías vayan elevadas, para lo cual se ha comenzado a perforar el terreno para la introducción de pilotes que sostendrán una especie de viaducto.
Ambientalistas aseguran que el Tren se hizo sin planeación
Estos hallazgos fueron dados a conocer en el planetario Sayab, donde el arqueólogo realizó una conferencia.
José Urbina Bravo, buzo promovente del amparo indirecto 884/2022 que mantuvo paralizadas por varios meses las obras, resaltó que es una muestra más de que el proyecto federal se realiza sin planeación.
“Simplemente trazaron una línea sobre un mapa donde vieron verde y así fue como fueron destruyendo la selva, a ver qué se encontraban. Las investigaciones se realizaron después”, sostuvo Urbina Bravo.
Recientemente, un grupo de ambientalistas estuvo en Paamul II, para constatar el daño a la selva y el frágil vestigio arqueológico encontrado, que a la fecha continúa en riesgo por las obras.
Encabeza los altares, un monumento de hasta ocho metros de altura que se encuentra construido sobre una cueva.
Fuente: Novedades Quintana Roo