
José Cortazar Navarrete. – Mérida, Yuc 2 de Nov.- Luis Ojeda Godoy secretario general del Sindicato Nacional de Arquitectos Conservadores del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que, la Dirección General del Instituto será quien deberá responder ante la presencia de mafias de ambulantes en la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Ojeda Godoy se limitó a señalar que el “no es el director del INAH, a él se le debe buscar para preguntar eso”, refiriéndose a las malas prácticas de los empleados y administrativos de la dependencia federal.
De manera insistente, prestadores de servicios turístico del estado han reiterado sus molestias por el clan que controla la mafia de ambulantes que crece en la zona arqueológica más importante de Yucatán en donde se ha confirmado la venta de estupefacientes, prostitución y venta de espacios por parte de coyotes que se han posesionado del sitio con la ayuda de vigilantes y autoridades federales del INAH.
Ojeda Godoy respondió preguntas en una rueda de prensa sobre múltiples irregularidades y vicios que se realizan en la dependencia federal con la aprobación de permisos para obras en el Centro Histórico y comisarías, sobre pagos extra oficiales y “moches” para el personal de su área sobre proyectos “agilizados” y la participación de la propia dependencia en el daño patrimonial por la construcción del ferrocarril que construye el gobierno federal, señalamientos que de manera reiterada han manifestado las cámaras empresariales y del sector gastronómico de la entidad.
“Cualquier proyecto debe cumplir con los criterios establecidos, pero yo no soy el director del INAH; habría que preguntarle al director del INAH el porqué sucede esto”, aseveró en sus respuestas evadiendo las respuestas directas de los reporteros.
Negó que el sindicato reciba recursos para dejar pasar a los ambulantes a las zonas arqueológicas y en cuanto a las quejas del sector empresarial manifestó no estar en contra del proyecto del corredor gastronómico de la calle 60 y la calle 47.
El corredor se llevaría al cabo en la calle 60 desde la Plaza Grande hasta el parque de Santa Ana, y desde ahí sobre la calle 47 hasta la calle 48 donde estará el parque de La Plancha. Consiste en adecuaciones de vialidades para permitir mayor uso peatonal, así como un rescate arquitectónico de todo ese amplio sector con un mejoramiento de fachadas y adecuaciones urbanas)
Con titubeos, algunas contradicciones pero sobretodo mostrando pleno desconocimiento sobre el tema, un grupo de arquitectos que pertenecen a dos agrupaciones de esos profesionistas y el líder sindical, mostraron descontento sobre el proyecto del corredor gastronómico que en fecha reciente presentaron el gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Mérida.
Al principio de la rueda de prensa los arquitectos plantearon su rechazo al proyecto porque —arguyeron— ignoran si tomó en cuenta los temas viales y habitacionales o solo se concretó a favorecer los múltiples negocios del rumbo.
A insistencia de los reporteros para definir su postura indefinida, modificaron el tono, reconocieron estar desinformados de todo el tema, para concretarse en estar interesados en aportar una opinión, si es que fueran consultados por las autoridades y si el proyecto así lo amerita.
Según Ojeda Godoy secretario general del Sindicato Nacional de Arquitectos del Instituto Nacional de Antropología y Historia, en su agrupación ignoran si hay permisos de este organismo federal para realizar las obras.
—Que pregunten en ventanilla (del INAH) si ya tienen permisos —se excusó el dirigente que se mostró desconocedor de todo el proyecto.
Cuando se les hizo notar que la obra tiene el respaldo incluso del presidente de la República porque se inscribe en el proyecto del tren maya con el parque de La Plancha, además de que contó con la anuencia en el Congreso del Estado para que se apruebe un préstamo a fin de llevarlo al cabo, no expresaron ningún comentario.