‘Manifestación’ de encapuchados se torna violenta y realizan actos vandálicos


José Cortázar Navarrete.- Mérida, Yuc, 8 de marzo. – Decenas de encapuchados amparados en el anonimato que se ostentaban como defensores de violencia, pintarrajearon, vandalizaron y violentaron edificios públicos para festejar el 8 de marzo.
Una vez más, calles, avenidas y zonas del Centro Histórico de Mérida fueron presa de las gandalladas de agresores virulentos que lanzaron insultos y agravios a manos de rufianes presuntos defensores de Derechos Humanos que festejaron el 8 de marzo como el año pasado.
Con aerosoles, pintura, cristales y varillas dañaron edificios públicos con lujo de impunidad, actos que se tornaron violentos al enceder papeles con combustible quemando materiales inflamables para hacer notar su presencia, acompañados de cántidos y letanías representativas de la vulgaridad.
La manifestación del 8 se inició en Paseo de Montejo, donde grupos políticos vinculados a Morena, que convocó a una marcha desde el Parque de Mejorada se turnó para lanzar consignas y amenzas contra las autoridades estatales y municipales manipulados por militantes de ese partido político.
Los agresores tiraron las vallas instaladas a las afueras del Palacio de Gobierno y procedieron a romper, pintar y quemar ventanas, columnas y paredes del edificio. Con lujo de impunidad y sin que las autoridades estatales detuvieran y encarcelaran a los violentadores.
Durante la marcha, los pelafustanes quemaron cartelones y dejaron pintas y a lo largo y ancho de la sede del Ejecutivo estatal exigieron presunta justicia, violando las condiciones de seguridad de cientos de personas que transitaban por las principales calles de la urbe meridana
El contingente de agresores confrontó a los elementos de seguridad pública que resguardaban el recinto, con empujones, insultos y gritos al unísono, intentando ingresar por la fuerza.
Al no poder entrar, agredieron a los elementos estatales, rompieron ventanas y prendieron fuego, causando alboroto entre las asistentes.
Una vez más, la ciudad de Mérida es presa y rehen de grupos de marginados mentales y agresores políticos que buscan desestabilizar a las instituciones e imponen modos y costumbres de barbarie, sin que la autoridad intervenga y responda para garantizar la tranqulidad de los ciudadanos que viven sojuzgados ante las abusivas condiciones de grupos de nazis aparados en presunta justicia.
El Palacio de la Musica, el edificio del Partido Acción Nacional y una buena cantidad de comercios y tiendas sufrieron los embates panaicos de los agresores, que seguramente festejaban sus condiciones vulnerando las propiedades de la ciudadanía conlujo de impunidad.