

En la búsqueda constante por comprender las complejidades del cuerpo humano, un grupo de científicos de la Universidad de Ruhr, en Alemania, ha dado un paso revolucionario al afirmar la existencia de un posible sexto sentido. Aunque tradicionalmente se ha aceptado que los seres humanos poseen cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto, este equipo de expertos ha introducido la noción de la ‘ilusión de tacto fantasma‘ (PTI), un fenómeno que se manifiesta exclusivamente en entornos virtuales.
La investigación, recientemente publicada en la prestigiosa revista Nature Journal dentro de su sección Scientific Reports, ha arrojado luz sobre este fascinante descubrimiento. A través de la creación de escenarios inmersivos de realidad virtual, los científicos intentaron explicar la sensación de la PTI, describiéndola como una experiencia electrizante de hormigueo o picazón, o como si el viento acariciara la mano del sujeto.
La base del estudio radica en la percepción que algunas personas tienen de sentir el contacto con otros individuos sin necesidad de un contacto físico real. Este fenómeno intrigante se manifiesta cuando los participantes en el estudio tocan su propio cuerpo utilizando un objeto virtual en entornos de realidad virtual. Lo sorprendente es que la PTI también se experimenta cuando los sujetos tocan partes de su cuerpo que no son visibles en la realidad virtual, llevando a los investigadores a concluir que la representación del cuerpo humano va más allá de la información sensorial disponible.
La líder del estudio, Marita Metzler, destaca que este hallazgo sugiere que la percepción humana y la sensación corporal no se basan únicamente en la visión, sino en una combinación compleja de varias percepciones sensoriales y la representación interna del cuerpo. Inspirados por el fenómeno de la sensación de tacto fantasma en entornos virtuales, conocido como ‘phantom touch‘, los científicos de la Universidad de Ruhr llevaron a cabo un experimento con 36 participantes de entre 21 y 42 años que no tenían experiencia previa con la realidad virtual.
Para realizar el experimento, los participantes usaron gafas de realidad inmersiva, lo que les permitió ver claramente la escena y sus manos virtuales. Moviendo libremente un objeto virtual sobre una mesa virtual, los participantes experimentaron la PTI al tocar su propio cuerpo con el objeto virtual. Este fenómeno se repitió incluso cuando los sujetos tocaban partes de su cuerpo que no eran visibles en el entorno virtual, lo que refuerza la idea de que la representación del cuerpo humano va más allá de la información visual.
En la última fase del experimento, se realizó una comparación entre la PTI en entornos virtuales y la realidad. Utilizando un puntero láser en la mano izquierda de los participantes, los científicos observaron que no se producía la sensación de tacto fantasma en la realidad, confirmando que este fenómeno es exclusivo de los entornos virtuales.
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