
Mérida, Yuc 24 abril. – A cinco semanas de terminar la contienda política por la gobernatura, los ex priistas traidores que ahora controlan los partidos de Morena y Movimiento Ciudadano han puesto en marcha un pacto que estaría dirigido por Ivone Ortega Pacheco para hacerse con el poder del estado y con ello poner en riesgo la seguridad de los yucatecos.
El pacto de Dzemul, como se ha denominado el cónclave de los ex pristas buscan a toda costa el triunfo del ex panista Joaquín Díaz Mena e imponer a Héctor Cabrera en la Secretaría de Seguridad Pública del Estado en sustitución Luis Felipe Saiden.
Medios locales y nacionales han dado cuenta y seguimiento periodístico de estos acontecimientos con información contundente en donde se advierte que, el grupo de ibonistas han tomado el partido Morena, arrebatando posiciones e imponiendo condiciones para dejar a un lado a los militantes y fundadores de ese partido, como lo hicieron previamente con el grupo franqucia Movimiento Ciudadano.
En pocos días, casi un centenar de priístas, alrededor de la campaña de Díaz Mena son los que dirigen y controlan las posiciones de poder, incluso de los candidatos morenistas de cepa que se han quejado de las arbitrariedades, abusos y manejos de recursos en los puestos políticos asignados, desplazado a los morenistas fundadores de ese movimiento.
Entre éstos, se han identificado a varios líderes y funcionarios priistas, etiquetados como “ivonnistas” que detentaron el poder en la administración de la gobernadora de Dzemul, integrandose al partido Morena y al grupo de poder que dirige Huacho, entre ellos Luis Hevia Jiménez, ex diputado local, y Pablo Castro Alcocer, ex director del Registro Público de la Propiedad.
Con ellos, el publicista español Antonio Solá Reche, quien se incrustaría al equipo para dirigir la campaña de Díaz Mena en el último tramo. Según se conoce, la llegada de Solá cayó como cubo de agua entre los morenistas yucatecos y recuerdan que el propio Solá quien acuñó el lema de que, López Obrador es “un peligro para México” en 2006, en la campaña ganadora de Felipe Calderón Hinojosa.
Con esta “adquisición” el cuarto de guerra del candidato ex panista, ahora morenista está dominado por Ivonne Ortega, quien por conducto de su estratega de siempre Gabriela López Gómez, convenció a Antonio Solá de tomar el mando de la estrategia morenista en los últimos 30 días de campaña.
Como se mencionó, la llegada del padre de la guerra sucia no fue bien recibida por parte de los colaboradores más cercanos del candidato, quienes incluso habrían encarado a Gabriela López, pues hasta hoy simple y sencillamente todas sus “estrategias” han salido mal.
Primero el total rechazo del sistema Va y vén calificándolo de “basura”; el deslinde inicial con Luis Felipe Saidén Ojeda; los planes de centralizar los servicios públicos de salud; la incorporación de juniors priístas, y abolengo con dinero y apellidos pero sin arrastre popular, entre quienes destacan Felipe y Víctor Cervera y Pablo Gamboa, que lejos de sumar, le restan credibilidad al candidato y a su partido.
Pocos pueden explicarse, como Díaz Mena dice por un lado que todas las encuestas lo ponen muy por arriba de sus contrincantes, y por otro, ha dejado que la ex gobernadora, cuyo gobierno dejó mucho que desear, ya que representa un legado de rapiña y corrupción rampante, esté tomando las riendas de su campaña, y haya dejado que los verdaderos morenistas sean borrados por completo.
Descubre más desde NotaTrasNota
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.