
Por Ing. Juan Vazquez Montalvo
Muchos años han pasado ya desde la afectación de aquel gran huracán llamado Gilberto en 1988 ya 36 años y 22 años del paso del huracán Isidore en el año 2002, nuestro último gran huracán en afectarnos y veo con tristeza que no aprendimos la lección en el ramo de las construcciones, tanto en el interior del estado, hablando específicamente de Yucatán y sobre todo en la costa yucateca y más aún, que ha venido gente de otros países y estados y han escogido Yucatán y su costa para vivir.
En la ciudad de Mérida sobre todo, veo materiales de construcción no aptos para soportar grandes huracanes. No se si los que han construido grandes edificios usando mucha cristalería y materiales no resistentes a vientos huracanados intensos, no saben que aquí ha habido rachas de hasta 200 km/h con el huracán Gilberto.
Y de 219 km/h con el huracán Isidore, que por cierto, estas últimas rachas antes mencionadas fueron durante más de 30 horas continúas. Y en aquel momento, la destrucción de las construcciones fueron por fatiga, causando graves daños.
Vale la pena mencionar que, entre el huracán Gilberto e Isidore también se cometieron los mismos errores al construir de la misma manera y se vieron los mismos daños y si hablamos de la costa, las casas que se desbarataron y destruyeron en 1988 y 2002, al adquirirse por persona que no son yucatecas e incluso yucatecas volvieron a construir grandes residencias en la orilla de la playa.
Al no tomarar la precaución, vale la pena señalar que, algunos si lo hicieron, de construir lejos de la playa o lo mas alejado de ella y también están construyendo hoteles, departamentos y bugalús de paja de grandes dimensiones, justo en la orilla de la playa o en la costa yucateca.
Averiguando un poco el porqué me encontré que muchas de las construcciones son hechas por gente no yucateca, que desconoce o no quiso conocer el peligro de construir cerca de la playa, pensando tal vez que, ya nunca volvería a pasar nada.
Los errores han sido sistemáticos y recordadmos el paso del huracán Ines 1966 y Gilberto 1988, que las construcciones en la costa yucateca sobre las dunas resultaron seriamente afectadas.
El paso de Gilberto sacó a todos de su error, al destruir la zona veraniega por excelencia de Yucatán, pero la gente no aprendió la lección y con Isidore sucedió de nuevo, lo mismo en la costa, como en el interior del estado, sin tener la precaución de construir que estamos en una zona de huracanes intensos y que si es cierto ya pasaron 22 años de Isidore y eso juega en contra de la población.
En 2020 se presentaron afectaciones por 4 huracanes, pero mas bien fueron de lluvia y aquí también cabe destacar que ya muy rápido se olvidó el rebose del acuífero que ocurrió en ese año.
La zona de alta plusvalía de Mérida sigue creciendo junto con las construcciones que se hacen sin tomar en cuenta las inundaciones provocadas por el rebose del acuífero y vale la pena aclarar que algunos si tomaron en cuenta esto ultimo y se fueron a vivir a zonas más altas, pero los mismos errores se siguen cometiendo de construir sin tener en cuenta que la madre naturaleza pronto les hará ver su error, máxime que con el calentamiento global y cambio climático, los ciclos se han acortado y los eventos meteorológicos extremos están a la orden del día.
*Especialista climatológico, Jefe del CIAFEME-UADY