
Eduardo May.- Mérida, Yuc. 23 de julio.- Los indicadores económicos recientes revelan la realidad: la economía mexicana ha desacelerado y enfrenta un riesgo tangible de estancamiento. A pesar de que algunos indicadores muestran ligeros progresos, no alcanzan para revertir las tendencias estructurales que frenan la actividad productiva, advirtió el sector privado.
Empresarios del sector industrial y comercial de Yucatán llamaron de manera urgente al gobierno a reactivar la inversión productiva, restaurar la certidumbre jurídica, garantizar seguridad para personas y empresas, con énfasis en las micro, pequeñas y medianas, y contar con un sector energético competitivo y confiable.
La Iniciativa Privada del estado señaló que, ante la creciente volatilidad global y las tensiones comerciales con Estados Unidos, es preciso intensificar la colaboración, así como acelerar la diversificación de mercados. Para lograrlo, es indispensable fortalecer la unión y el diálogo externo, así como con el sector productivo local.
Tanto empresarios del sector de la transformación, como maquilador del estdo señalaron que, la evidencia señala una importante reducción en el ritmo económico, que ya se advierte en la vida cotidiana de empresas, familias y trabajadores. En su caso, empresarios de Coparmex presentaron un análisis sobre los principales retos y oportunidades de la economía declararon estar listos para trabajar en una agenda común para reactivar regiones y sectores productivos.
Según se confirmó, durante los primeros meses de 2025, los principales indicadores de la actividad económica muestran signos claros de debilitamiento. En el primer trimestre, la economía apenas evitó una recesión técnica, registrando un crecimiento trimestral de 0,2, tras haber tenido una caída de 0,7 por ciento en el cuarto trimestre de 2024.
Con ello, las cifras del segundo trimestre sugieren cierta resiliencia, ya que el Inegi estimó que en junio, la actividad económica creció apenas 0,2% mensual y un 1,3 por ciento anual, logrando así tres meses consecutivos de crecimiento.
Sin embargo, las proyecciones para el resto del año y para 2025 ofrecen un panorama desalentador: el consenso del sector financiero estima un crecimiento cercano a 0,2 por ciento, mientras que los principales organismos internacionales pronostican entre menos 0,3 por ciento. Por su parte, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mantiene expectativas mucho más optimistas, situando el crecimiento en un rango de 1,5 a 2,3 por encima de las empresas calificadoras u evaluadoras
Uno de los indicadores más alarmantes es la inversión, señalaron empresarios del sector del sector industrial. Desde septiembre, la inversión fija bruta ha mostrado caídas consecutivas, siendo en abril, los meses más críticos por la reducción de la mano de obra y los elevados despidos en empresas, principalmente del sector comercial y de servicios.
especialmente notoria en maquinaria y equipo, con una disminución del 9.1%, principalmente en bienes importados. Esta tendencia negativa se atribuye a factores como la incertidumbre económica, la inseguridad, la falta de certeza jurídica y un entorno fiscal restrictivo. Sin certidumbre, resulta difícil impulsar la inversión productiva