La percepción del riesgo frena el consumo: un cambio generacional sin precedentes
Un 53% de los estadounidenses —cifra récord— ahora considera que beber alcohol en moderación daña la salud, casi el doble que en 2015 (28%), según una encuesta de Gallup publicada este miércoles. El escepticismo, liderado por adultos jóvenes (18-34 años), ha impulsado una caída histórica en el consumo: solo el 54% de los adultos bebe alcohol, el nivel más bajo en 30 años. El giro refleja un cambio cultural acelerado por evidencia científica reciente que vincula el alcohol con cáncer y otros riesgos, incluso en dosis bajas. Mientras el gobierno revisa sus guías dietéticas, el debate sobre regulaciones más estrictas —como etiquetas de advertencia en botellas— gana fuerza.
Gallup: «El alcohol ya no es inocuo, ni siquiera en pequeñas dosis»
La encuesta de julio de 2024 revela que dos tercios de los jóvenes (18-34 años) ven el consumo moderado como perjudicial, frente al 40% en 2015. Entre los mayores de 55 años, la preocupación creció del 20% al 50% en el mismo periodo. Lydia Saad, directora de investigación social de Gallup, atribuye la brecha generacional a la exposición a información reciente: los jóvenes internalizaron desde temprano los riesgos, mientras los mayores ajustan sus creencias más lentamente.
Datos clave:
- 54% de los estadounidenses consume alcohol (mínimo histórico desde 1939).
- 40% de los bebedores no ha consumido en la última semana (vs. 25% en décadas anteriores).
- Adultos jóvenes ahora beben menos que los grupos de mediana edad, invirtiendo la tendencia de hace 20 años.
Tres efectos de un cambio con consecuencias globales
- Salud pública en jaque:
- El alcohol es ya la tercera causa prevenible de muerte en EE.UU., según los CDC. Su vinculación con 7 tipos de cáncer (incluidos mama y colon) ha redefinido las recomendaciones médicas, que antes lo asociaban a beneficios cardiovasculares.
- Impacto económico y cultural:
- La industria de bebidas alcohólicas (que factura $260 mil millones anuales en EE.UU.) enfrenta una crisis de imagen. Marcas como Bud Light ya registran caídas en ventas entre jóvenes.
- Bares y restaurantes adaptan sus menús con opciones «sin alcohol» (ej.: cervezas 0.0%), un mercado que crece un 30% anual.
- Regulación en la mira:
- El exdirector de Salud Pública, Vivek Murthy, propuso etiquetas de advertencia en botellas (como las del tabaco), medida respaldada por la OMS.
- Las nuevas guías dietéticas federales (en revisión) podrían endurecer los límites: hoy recomiendan máximo 2 tragos/día para hombres y 1 para mujeres, pero estudios recientes sugieren eliminar cualquier «dosis segura».
Hacia un futuro menos alcohólico: ¿qué sigue?
El consumo sigue en caída libre, especialmente entre mujeres y jóvenes, grupos que antes impulsaban el mercado. Mientras la generación Z prioriza el bienestar —el 38% dice evitar el alcohol por salud—, los expertos prevén:
- Más presión regulatoria: Posibles impuestos más altos o restricciones en publicidad, como en Canadá o Irlanda.
- Innovación en alternativas: Empresas como Heineken o Diageo invierten en bebidas low-alcohol o con CBD.
- División generacional persistente: Los mayores de 55 años siguen bebiendo más, pero su consumo también disminuye (35% lo hizo en la última semana vs. 45% en 2010).
La pregunta clave ahora es si EE.UU. seguirá el camino de países como Noruega o Australia, donde el consumo per cápita cayó un 20% en la última década, o si la industria logrará revertir la tendencia con campañas de «consumo responsable». Por ahora, los datos son claros: el alcohol ya no es sinónimo de normalidad.