Coparmex reitera la importancia de abordar la migración como una oportunidad económica y no como una amenaza
Las deportaciones masivas y la militarización de la frontera plantean un reto, tanto en México como USA
La estabilidad en la relación bilateral debe priorizar el diálogo y la cooperación frente a políticas unilaterales
Cd de Mex.- La toma de posesión del presidente Donald Trump marca el inicio de un nuevo capítulo en la relación entre México y Estados Unidos. Este momento, cargado de retos y oportunidades, nos invita a redoblar esfuerzos para consolidar a Norteamérica como la región más competitiva del mundo.
En la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), estamos convencidos de que el camino hacia un futuro próspero radica en el respeto mutuo, el diálogo constante y la cooperación entre ambos países. México está obligado a unir esfuerzos del sector público y el sector privado para lograr el crecimiento de ambas naciones, el respeto mutuo y la colaboración permanente.
En los últimos años, hemos impulsado propuestas estratégicas que promuevan un modelo de desarrollo inclusivo, competitivo y sostenible. La revisión del T-MEC es una de nuestras prioridades.
Creemos en la necesidad de reforzar este acuerdo mediante la colaboración activa de los sectores público y privado, asegurando que cualquier modificación fomente la inversión, el crecimiento incluyente y el bienestar social en la región. La integración de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) a las cadenas de valor es un objetivo clave, pues estas son el motor de nuestras economías.
Las recientes declaraciones del presidente Donald Trump durante su discurso inaugural, en las que anunció la declaratoria de emergencia nacional en la frontera con México y la deportación masiva de migrantes en situación irregular, presentan desafíos significativos para la relación bilateral.
Estas medidas, aunque buscan atender preocupaciones internas de seguridad en Estados Unidos, impactan directamente a millones de familias mexicanas y generan un clima de incertidumbre que puede entorpecer la cooperación entre ambos países. Sostenemos que la migración debe ser abordada como una oportunidad para fortalecer nuestras economías y no como una amenaza.
Los migrantes han sido una pieza clave en el desarrollo y crecimiento de sectores estratégicos y del PIB en Estados Unidos y contribuyen de manera invaluable al bienestar social y económico de ambos lados de la frontera. Asimismo, debe ser prioridad de cualquier política en materia migratoria, el respeto a los derechos humanos de las personas, particularmente el cuidado de los menores de edad que pueden sufrir consecuencias en su integridad física y emocional y quedar vulnerables ante situaciones como una eventual separación familiar.
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