El termómetro laboral: cuando el clima amenaza vidas y empleos
La ONU declaró este viernes una emergencia sanitaria y económica global por el impacto del calor extremo en los lugares de trabajo, donde 71% de la fuerza laboral mundial (2,400 millones de personas) está expuesta a temperaturas peligrosas. Las agencias de salud y clima de la organización —OMS, OMM y OIT— publicaron una guía urgente para gobiernos y empleadores, tras confirmar que el estrés térmico ya causa 22.85 millones de accidentes laborales anuales y reduce la productividad hasta un 3% por cada grado sobre 20°C. El llamado es claro: sin medidas inmediatas, el fenómeno se convertirá en «uno de los riesgos laborales más devastadores del siglo».
OMS y OIT exigen planes de acción: «Proteger a los trabajadores es rentable»
Las agencias de la ONU exigieron la implementación de protocolos específicos por industria y región, basados en datos contundentes:
- Cifras críticas: El calor extremo provoca 18,970 muertes laborales anuales, golpes de calor, fallos renales y trastornos neurológicos, según la OIT.
- Sectores en riesgo: Agricultura, construcción y pesca son los más afectados, pero el problema ya trasciende zonas ecuatoriales (ejemplo: olas de calor récord en Europa).
- Argumento económico: La OIT calcula que invertir en prevención (sombras, hidratación, horarios flexibles) podría ahorrar miles de millones de dólares en pérdidas de productividad. «No es un gasto, es una inversión con retorno inmediato», declaró Joaquim Pintado Nunes, director de Seguridad Laboral de la OIT.
- Urgencia climática: Los últimos 10 años han sido los más cálidos registrados, y las olas de calor son ahora 5 veces más frecuentes que en 1969, cuando se publicó la última guía de la OMS sobre el tema.
- Crisis humanitaria:
- 19,000 muertes anuales (equivalente a un accidente aéreo diario) y 22.85 millones de lesionados por estrés térmico.
- Países en desarrollo, con menos recursos para adaptación, sufren el 80% de las víctimas.
- Freno económico global:
- Pérdidas de productividad que podrían superar $2.4 billones de dólares para 2030 (estimación del Banco Mundial).
- Sectores clave como la agricultura (30% de la fuerza laboral expuesta) ven reducidos sus ingresos en hasta un 15% durante olas de calor.
- Desigualdad laboral:
- Trabajadores informales (sin protección legal) y mujeres (en roles como agricultura o limpieza) enfrentan riesgos desproporcionados.
- La OIT advierte que, sin regulaciones, el calor extremo exacerbará la pobreza en regiones como África subsahariana y Sudamérica.
La ONU ya distribuyó su protocolo a 193 países, que incluye:
- Medidas inmediatas: Pausas obligatorias cada 2 horas, acceso a agua y zonas de sombra, y ajustes de horarios en días de alerta térmica.
- Estrategias a largo plazo: Inversión en tecnologías de enfriamiento (ej.: trajes con ventilación para mineros) y sistemas de alerta temprana.
- Reunión clave en septiembre: La OIT convocará a ministros de Trabajo para definir metas vinculantes en la Cumbre del Clima (COP29).
- Presión a empresas: Multinacionales como Unilever y Nestlé ya enfrentan demandas por no proteger a sus trabajadores en países con olas de calor.
- Falta de fondos: Solo 12 países (principalmente europeos) han asignado presupuestos para implementar las guías. La OMS pide $10,000 millones anuales para programas de adaptación.
Frase final:
«El calor no es solo un problema del futuro: ya está aquí, y su factura se paga con vidas y empleos», advirtió Ko Barrett, de la OMM. La pregunta ahora es si los gobiernos actuarán antes de que el termómetro —y el costo humano— sigan subiendo.
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