El capo que gobernó 35 años desde las sombras se rinde ante la justicia estadounidense
El último gran capo: de la impunidad en México a la prisión en EU
Ismael «El Mayo» Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este martes en una corte de Nueva York de dos cargos federales: crimen organizado y violaciones a la ley RICO (contra organizaciones corruptas), sellando un acuerdo que evita un juicio pero lo condena a cadena perpetua. El sinaloense, detenido en julio de 2024 tras ser entregado por su propia familia criminal (Los Chapitos), admitió haber dirigido durante 35 años una red que traficó toneladas de fentanilo, cocaína y metanfetamina a EU, sobornando a policías, militares y políticos. Su caso, vinculado a los juicios del Chapo Guzmán y Genaro García Luna, marca un hito simbólico en la guerra contra el narcotráfico, aunque expertos dudan que debilite la estructura del cártel.
Postura y argumentos del «Mayo»: «No cooperaré, pero asumo mi culpa»
Declaración de culpabilidad sin delación: una estrategia legal calculada
Zambada, de 76 años, leyó un documento en audiencia donde reconoció su liderazgo en el cártel desde 1989 y admitió sobornos masivos a autoridades para operar con impunidad. Sin embargo, su abogado, Frank Pérez, insistió en que no colaborará con la fiscalía estadounidense:
- «No es un acuerdo de cooperación»: Pérez negó que su cliente vaya a delatar a otros narcotraficantes o funcionarios corruptos, como ocurrió con el Chapo. «No hablará de nadie», afirmó.
- Multa récord: El Mayo aceptó pagar $15,000 millones (aunque su fortuna real se estima en decenas de miles de millones), una cifra simbólica dado que sus bienes están ocultos o embargados.
- Disculpas públicas: En un gesto inusual, pidió perdón «a quienes sufrieron por mis acciones», aunque evitó mencionar a las más de 100,000 víctimas de la guerra contra las drogas en México y EU.
- Estrategia de supervivencia: Analistas señalan que su declaración busca evitar un juicio mediático (como el del Chapo) y negociar condiciones carcelarias, aunque la fiscalía ya advirtió que no habrá reducciones en su sentencia.
Tres claves del caso que trascienden las fronteras
- Impacto en el Cártel de Sinaloa:
- Aunque el Mayo era un símbolo de poder, su captura no desmantela la organización: sus hijos (Los Mayitos) y Los Chapitos (hijos del Chapo) siguen en disputa por el control, agravando la violencia en Sinaloa, Sonora y Chihuahua.
- Su ausencia podría fragmentar el cártel o acelerar alianzas con grupos como Jalisco Nueva Generación.
- Relaciones México-EU: ¿cooperación o presión?
- La fiscal general de EU, Pam Bondi, agradeció al gobierno mexicano por la entrega de 50 capos en los últimos años, pero el Mayo no fue extraditado: fue secuestrado por Los Chapitos y entregado a autoridades estadounidenses, lo que revela fracturas internas en el crimen organizado.
- Bondi lo calificó de «terrorista» y prometió que morirá en prisión, un mensaje dirigido a otros narcotraficantes, como Rafael Caro Quintero (aún libre).
- Lecciones de impunidad y corrupción:
- El caso expone cómo Zambada operó 35 años sin ser tocado en México, gracias a sobornos a altos mandos (como García Luna, condenado en EU por narcotráfico).
- Su red de lavado de dinero (empresas fachada manejadas por los hermanos Avendaño Ojeda) sigue bajo investigación, pero los activos son difíciles de rastrear.
La cuenta regresiva para la sentencia
De la audiencia a la prisión: un enero decisivo
El juez Brian Cogan fijó la sentencia para el 13 de enero de 2025, cuando se definirá si el Mayo cumple su condena en una prisión de máxima seguridad (como el Chapo en ADX Florence, Colorado). Mientras tanto:
- La defensa presentará un memorando pidiendo atenuantes (edad, salud), pero la fiscalía ya descartó cualquier reducción.
- Sin extradición a México: EU no lo entregará, pues su caso incluye 7 cargos pendientes en Texas, que podrían alargar procesos legales.
- Reacciones en Sinaloa: Su declaración generó tensión entre facciones del cártel. Pérez hizo un llamado a la «pacificación», pero analistas prevén más violencia por el vació de poder.
Cierre con contexto histórico:
El Mayo Zambada era el último gran capo de la vieja escuela del narcotráfico mexicano, formado junto a figuras como Félix Gallardo y Amado Carrillo. Su caída cierra un ciclo, pero abre interrogantes: ¿su captura debilitará al Cártel de Sinaloa o solo reconfigurará el crimen organizado? Mientras, en las calles de Culiacán, su leyenda —y su sombra— persisten.
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