La ENUT 2024 del Inegi revela que las mujeres destinan el 65% de su semana a tareas domésticas y de cuidado, mientras los hombres dedican el doble de tiempo a empleos remunerados. Expertos advierten: esta brecha frena su desarrollo económico y perpetúa roles de género obsoleto

En México, las mujeres invierten 39.5 horas semanales en trabajo no remunerado —como limpieza, cocina, cuidado de niños o adultos mayores—, mientras que los hombres solo destinan 18.2 horas a estas actividades. La diferencia, de 21.5 horas, equivale a más de media jornada laboral extra sin pago, según datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) 2024, publicada por el Inegi. El estudio expone una realidad alarmante: el 64.8% del tiempo semanal de las mexicanas se consume en labores invisibles, frente al 33.3% que dedican a empleos con salario.
La brecha que no cierra: ellos trabajan por dinero, ellas por obligación
La encuesta, que analizó a personas de 12 años o más, revela un desequilibrio estructural:
- Mujeres:
- 64.8% de su tiempo: trabajo doméstico y de cuidados (no remunerado).
- 33.3%: empleo remunerado.
- 2%: actividades de autoconsumo (como cultivar alimentos para el hogar).
- Hombres:
- 66.7%: trabajo remunerado.
- 30.9%: labores no pagadas en el hogar o la comunidad.
- 2.3%: autoconsumo.
«Las mujeres dedican el doble de su tiempo total a actividades no remuneradas que los hombres», subraya el Inegi. Esta disparidad se agrava en estados como Oaxaca, Guerrero y Nayarit, donde la brecha supera las 7 horas semanales (8.4 horas en Oaxaca).
El peso de los roles tradicionales: ellas limpian, ellos «ayudan»
El desglose por tareas profundiza la desigualdad:
- Trabajo doméstico: ellas destinan 28.2 horas semanales; ellos, 11.5 horas.
- Cuidados (niños, enfermos, adultos mayores): 13.6 horas (mujeres) vs. 8.7 horas (hombres).
- Voluntariado y apoyo comunitario: 8 horas (mujeres) frente a 5.5 horas (hombres).
«A la esposa que no hereda fortuna no le pertenece nada. Su tiempo y servicios son propiedad de otro», citó Graciela Márquez, presidenta del Inegi, recordando una frase de 1854 que, según advirtió, «resuena con vigencia inquietante» hoy. Márquez enfatizó que el uso del tiempo ya no es un asunto privado: «El desarrollo profesional y el autocuidado de las mujeres son temas de interés público, y las estadísticas son herramientas clave para cerrar brechas».
¿Por qué importa? El costo económico y social de la desigualdad
La ENUT 2024 también midió la satisfacción con el tiempo dedicado a cada actividad. Paradójicamente, tanto hombres (68.2%) como mujeres (62.4%) manifestaron querer invertir más horas en cuidados, lo que refleja una sociedad que valora estas labores pero no las distribuye equitativamente.
Consecuencias de la brecha:
- Freno al crecimiento económico: Las mujeres trabajan 61.1 horas semanales en total (vs. 58 horas de los hombres), pero el 65% de su esfuerzo no genera ingresos ni cotizaciones para jubilación.
- Perpetuación de estereotipos: El 70% del trabajo doméstico recae en ellas, normalizando la idea de que son «responsables naturales» del hogar.
- Menor tiempo para formación y ocio: La sobrecarga limita su acceso a educación, emprendimiento o descanso, afectando su salud física y mental.
¿Qué sigue? Políticas públicas con perspectiva de género
Mauricio Rodríguez, titular de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi, destacó que estos datos son «un llamado a diseñar políticas que reconozcan, reduzcan y redistribuyan» el trabajo no remunerado. Algunas propuestas en debate incluyen:
- Licencias de paternidad igualitarias para incentivar la corresponsabilidad.
- Servicios públicos de cuidados (guarderías, residencias para adultos mayores) accesibles.
- Campañas de concientización para romper con la idea de que las tareas domésticas son «ayuda» cuando las hacen los hombres.
«No se trata de que las mujeres dejen de cuidar, sino de que los hombres y el Estado asuman su parte», concluyó Rodríguez. La ENUT 2024 no solo expone cifras: revela una deuda histórica con la mitad de la población. (El Financiero)
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