Un equipo internacional de científicos demostró que estimular las «centrales energéticas» del cerebro podría ser la clave para combatir el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. El hallazgo, publicado en *Nature Neuroscience, desafía lo que se sabía hasta ahora sobre el origen de estos trastornos y plantea esperanzas para terapias futuras.

La energía celular como aliada contra el deterioro cognitivo
Por primera vez, investigadores lograron revertir la pérdida de memoria y los problemas motores en ratones con síntomas similares a la demencia, al activar sus mitocondrias —los orgánulos responsables de suministrar energía a las células cerebrales—. El estudio, liderado por científicos de Francia y Canadá, no solo confirma que el mal funcionamiento mitocondrial está vinculado a enfermedades como el Alzheimer, sino que demuestra que este defecto podría ser una causa primaria, y no solo una consecuencia, del deterioro neuronal.
El equipo empleó una herramienta innovadora llamada mitoDREADD-Gs, diseñada para estimular selectivamente las mitocondrias en neuronas. Los resultados fueron contundentes: al reactivar estas «plantas de energía» en roedores con síntomas avanzados, los animales recuperaron capacidades cognitivas y motoras que habían perdido. Incluso cuando los científicos bloquearon artificialmente las mitocondrias con fármacos y luego las reactivaron, los beneficios persistieron, consolidando la hipótesis de que la disfunción energética es un eslabón clave en el origen de la demencia.
De la investigación en ratones a la esperanza para humanos
Aunque el mitoDREADD-Gs no es un medicamento viable para humanos (por ahora), su éxito en modelos animales y en células humanas cultivadas en laboratorio abre una vía prometedora. «Este enfoque nos permite entender cómo la energía celular influye en la salud del cerebro y, lo más importante, cómo podríamos restaurarla», explicó Étienne Hébert-Chatelain, biólogo de la Universidad de Moncton (Canadá) y coautor del estudio.
Los científicos ya trabajan en dos frentes:
- Desarrollar fármacos que repliquen el efecto del mitoDREADD-Gs en personas, dirigidos a enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson e incluso trastornos psiquiátricos.
- Evaluar los efectos a largo plazo de la activación mitocondrial. *»Queremos saber si estimular estas estructuras de forma sostenida puede no solo mejorar síntomas, sino proteger las neuronas del daño irreversible«, señaló Luigi Bellocchio, neurocientífico del INSERM (Francia).
¿Por qué este hallazgo es un punto de inflexión?
Hasta ahora, la mayoría de las terapias contra la demencia se han centrado en eliminar placas de proteínas tóxicas (como la beta-amiloide) o en reducir la inflamación cerebral. Sin embargo, este estudio sugiere que el déficit energético en las neuronas podría ser un blanco igual de crítico. «La demencia es multifactorial, pero si logramos actuar sobre la raíz metabólica, podríamos ralentizar su progresión o incluso prevenirla en etapas tempranas», añadió Bellocchio.
El siguiente paso será probar estos métodos en otras enfermedades neurodegenerativas y en modelos más cercanos a la biología humana. Mientras tanto, el descubrimiento refuerza una idea clave: el cerebro no solo se deteriora por acumulación de daños, sino por fallos en su «sistema eléctrico» interno. Y, por primera vez, la ciencia tiene herramientas para intentarlo reparar.
El estudio completo fue publicado en la revista Nature Neuroscience y contó con la colaboración de instituciones como el INSERM (Francia) y la Universidad de Moncton (Canadá).
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