La Cámara de Diputados intensifica mesas de diálogo con la STPS, congresos locales y actores clave para definir una reforma que reduzca la semana laboral sin afectar empleos ni productividad

La reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales en México entró en una fase decisiva. La Cámara de Diputados, liderada por la comisión de Trabajo, activó una ruta de consultas acelerada para definir los términos de la reforma antes de que termine 2025, aunque persisten divisiones entre gobierno, empresarios y sindicatos sobre cómo implementarla sin dañar la economía.
La diputada Maiella Gómez (Morena), presidenta de la comisión, anunció que en septiembre se realizarán dos reuniones clave: una con el secretario de Trabajo, Marath Bolaños, para analizar propuestas técnicas, y otra el 25 de septiembre con los presidentes de las comisiones de Trabajo de los 32 congresos locales, con el objetivo de recabar posturas estatales y evitar contradicciones en la aplicación de la ley.
«Queremos escuchar todas las voces para construir una reforma que beneficie a los trabajadores, pero también que sea viable para las empresas», declaró Gómez durante la sesión ordinaria de la comisión, donde se ratificó que este tema será prioritario en la agenda legislativa.
División de opiniones: ¿Protección laboral o riesgo económico?
Mientras el oficialismo impulsa la medida como un avance en derechos laborales, otros actores advierten sobre posibles efectos negativos si no se diseña con precisión.
- A favor de la urgencia:
La diputada Patricia Mercado (MC) destacó que la reforma podría ser «una de las más trascendentales» de esta legislatura, al vincularla con la reducción de pobreza y desigualdad. Por su parte, Gabriela Benavides (PVEM) propuso incentivos fiscales para que las pymes —que representan el 99% de los negocios en México— puedan adaptarse sin despidos. - Llamados a la prudencia:
El panista Theodoros Kalionchiz pidió «medir bien los alcances» para no afectar la competitividad ni la generación de empleos, especialmente en sectores con márgenes ajustados. Su preocupación refleja el temor de cámaras empresariales, que aún no ven claridad en aspectos como el pago de horas extras o la flexibilidad por ramas económicas.
Sindicatos y empresarios: ¿Diálogo estancado o avances ocultos?
Las organizaciones sindicales y los representantes patronales coinciden en un punto: falta un plan concreto. Aunque la STPS realizó foros de consulta en 2024, los actores clave denuncian que sus aportes no han sido incorporados en una propuesta formal.
- Hiram Sánchez, director de Relaciones Internacionales de Conlabor, cuestionó: «¿Cómo se aplicará esto en una fábrica automotriz, en un hotel o en una clínica médica? Cada sector tiene realidades distintas». Incluso advirtió que, sin consensos, el debate podría extenderse hasta 2026.
- Germán de la Garza, socio director de la firma legal Fisher Phillips, confirmó que «no hay aún una iniciativa consolidada». Señaló que persisten dudas sobre mecanismos de compensación, horarios flexibles y costos para las empresas, especialmente en un contexto de inflación y bajo crecimiento económico.
¿Qué sigue? Cronograma y desafíos pendientes
La comisión de Trabajo tiene previsto:
- Septiembre 2025:
- Reunión con la STPS para ajustar detalles técnicos.
- Encuentro con congresos locales (25 de septiembre) para alinear criterios estatales.
- Octubre-diciembre 2025:
- Elaboración de un borrador de iniciativa con las observaciones recabadas.
- Posible presentación al Pleno de la Cámara antes de que termine el año.
El gran reto: Lograr un equilibrio entre mejorar condiciones laborales y evitar un impacto en el empleo, en un país donde el 40% de los trabajadores labora en la informalidad y las pymes generan 7 de cada 10 puestos de trabajo.
Contexto: ¿Por qué 40 horas y no menos?
México es uno de los países con jornadas laborales más extensas de la OCDE (48 horas semanales en promedio), solo por debajo de Colombia y Costa Rica. La propuesta de 40 horas —ya vigente en naciones como España, Francia o Chile— busca:
- Reducir el estrés y mejorar la productividad (estudios muestran que jornadas excesivas disminuyen el rendimiento).
- Fomentar la conciliación familiar, especialmente para mujeres, que dedican 3 veces más tiempo a labores domésticas que los hombres.
- Alinear a México con estándares internacionales, atraendo inversión bajo criterios de responsabilidad social.
Sin embargo, críticos argumentan que, sin políticas complementarias (como subsidios a pymes o capacitación), la medida podría aumentar la informalidad o llevar a recortes salariales encubiertos.
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