El índice de la FAO registra un aumento del 6.9% interanual en agosto, con récords históricos en la carne y presiones en los aceites, mientras los cereales moderan su costo por abundante oferta

Los precios globales de los alimentos básicos escalaron en agosto a su nivel más elevado desde febrero de 2023, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El Índice de Precios Alimentarios —que monitorea una canasta de productos comercializados internacionalmente— se situó en 130.1 puntos, un 6.9% superior al mismo mes del año anterior, aunque aún 18.8% por debajo del pico histórico registrado en marzo de 2022 tras la invasión rusa a Ucrania.
El alza estuvo impulsada principalmente por el encarecimiento de la carne, el azúcar y los aceites vegetales, que compensaron la caída en los precios de los cereales y los lácteos. La tendencia refleja tensiones en la oferta y demanda de commodities clave, con implicaciones para la seguridad alimentaria y la inflación en economías vulnerables.
Aceites vegetales: el mayor repunte en tres años
El subíndice de aceites vegetales lideró el aumento con un 1.4% en agosto, alcanzando su nivel más alto desde mayo de 2021. El impulso provino de tres factores:
- Políticas energéticas en Indonesia: El gobierno planea incrementar el mandato de biodiésel (mezcla de combustible con aceite de palma) para reducir su dependencia de importaciones de petróleo. Esto elevó la demanda de aceites de palma, girasol y colza.
- Oferta abundante de soja: A diferencia de otros aceites, el de soja cedió precios por expectativas de cosechas récord en Sudamérica.
«Indonesia apuesta por el biodiésel como estrategia geopolítica y ambiental», explicó un portavoz de la FAO, destacando que el país es el mayor productor mundial de aceite de palma.
Carne: demanda récord en EE.UU. y China lleva los precios a máximos históricos
El índice de precios de la carne subió un 0.6% en agosto, marcando un récord absoluto desde que la FAO comenzó a registrar datos en 1990. El alza respondió a:
- Carne bovina: La fuerte demanda en Estados Unidos y China —los dos mayores consumidores— presionó los precios, especialmente por la recuperación económica postpandemia y el aumento del poder adquisitivo en Asia.
- Ovino: Los precios también se incrementaron, mientras que el porcino se mantuvo estable y las aves de corral cayeron por el excedente de producción en Brasil, principal exportador global.
Cereales: quinta caída mensual consecutiva, pero con contrastes regionales
Contrario a la tendencia alcista, el índice de cereales bajó un 0.8% en agosto, acumulando cinco meses de descensos. Las razones varían según el producto:
- Trigo: Las cosechas récord en la UE y Rusia —que juntos representan el 40% de las exportaciones globales— saturaron el mercado.
- Maíz: Subió levemente por la mayor demanda estadounidense para piensos animales y producción de etanol.
- Arroz: Los precios cayeron a mínimos de tres años, impulsados por la devaluación de la rupia india (que abarató las exportaciones) y la competencia entre proveedores asiáticos.
Azúcar y lácteos: tendencias opuestas
- Azúcar: Tras cinco meses de caídas, los precios subieron un 0.2% en agosto. La sequía en Brasil —mayor productor mundial— redujo los rendimientos de caña, mientras la demanda global se recuperó. No obstante, las perspectivas de cosechas en India y Tailandia limitaron un alza mayor.
- Lácteos: Cayeron un 1.3% por la baja demanda en Asia, especialmente de mantequilla, queso y leche en polvo, en un contexto de desaceleración económica en la región.
Perspectivas 2025: producción récord de cereales, pero con riesgos climáticos
En un informe complementario, la FAO ajustó al alza su pronóstico de producción mundial de cereales para 2025, proyectando un récord de 2,961 millones de toneladas (un 3.5% más que en 2024). Los detalles:
- Maíz: Se espera un crecimiento destacado en EE.UU., Brasil y México, gracias a rendimientos históricos y mayor superficie cultivada.
- Trigo y arroz: La UE podría reducir su producción por sequías y menores rendimientos, mientras que en Asia la oferta se mantiene estable.
«Aunque la producción global será abundante, los fenómenos climáticos extremos y las políticas comerciales podrían generar volatilidad en los precios», advirtió la FAO.
¿Por qué importa?
El repunte en los precios de los alimentos tiene tres implicaciones clave:
- Inflación: Países con alta dependencia de importaciones —como los de África y Medio Oriente— podrían enfrentar mayor presión inflacionaria, afectando el poder adquisitivo.
- Seguridad alimentaria: El encarecimiento de la carne y los aceites agrava la desnutrición en regiones vulnerables, según la FAO.
- Transición energética: El uso de aceites vegetales para biocombustibles (como en Indonesia) compite con la demanda alimentaria, un debate que ganará relevancia en la próxima cumbre climática.
Contexto histórico
El Índice de Precios Alimentarios de la FAO alcanzó su máximo histórico (159.7 puntos) en marzo de 2022, tras la invasión rusa a Ucrania, que disruptó las cadenas de suministro de trigo y fertilizantes. Desde entonces, los precios han fluctuado, pero augusto de 2024 marca la primera señal clara de una nueva tendencia alcista.
Datos clave en cifras
Producto | Variación en agosto | Nivel histórico |
---|---|---|
Índice general | +6.9% interanual | 130.1 puntos (máximo desde feb-2023) |
Aceites vegetales | +1.4% | Máximo en 3 años |
Carne | +0.6% | Récord absoluto (desde 1990) |
Cereales | -0.8% | Quinta caída mensual consecutiva |
Azúcar | +0.2% | Fin a cinco meses de descensos |
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