El gasto en jubilaciones contributivas crece solo 0.5%, mientras las pensiones no contributivas —como la Pensión Mujeres Bienestar— se disparan un 13.5%

El gobierno federal asignará 2.32 billones de pesos (equivalente al 6% del PIB) al pago de pensiones en 2026, según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) presentado por la Secretaría de Hacienda (SHCP). Esta cifra representa 22 de cada 100 pesos del gasto neto total proyectado para el próximo año, con un enfoque marcado en las pensiones no contributivas, cuyo presupuesto aumentará 13.5%, mientras las contributivas —vinculadas a cotizaciones laborales— apenas crecerán 0.5%.
Del monto total, 1.70 billones de pesos se dirigirán a pensiones contributivas (como las del IMSS e ISSSTE), y 619,743 millones a no contributivas, que incluyen programas como la Pensión Universal para Adultos Mayores, la Pensión Mujeres Bienestar y la Pensión para Personas con Discapacidad. Este último rubro es el que registra el mayor dinamismo: el programa Pensión Mujeres Bienestar, por ejemplo, verá un aumento del 266% en su presupuesto, al pasar de 15,000 millones en 2025 a 56,969 millones en 2026.
Cambio en la estructura: menos contributivas, más no contributivas
Desde 2018, el gasto en pensiones ha crecido a un ritmo anual del 8.5%, según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Sin embargo, la composición ha variado: mientras en 2018 las pensiones contributivas representaban el 96% del total, para 2026 descenderán al 73%, debido al impulso a los programas sociales.
El CIEP advirtió que el modesto aumento del 0.5% en las pensiones contributivas —en un contexto de envejecimiento poblacional e inflación— «resulta poco creíble», especialmente porque la SHCP prevé recortes del 2% en los presupuestos del IMSS e ISSSTE. En contraste, las pensiones no contributivas, financiadas íntegramente con recursos públicos, seguirán expandiéndose.
Pensión Mujeres Bienestar: el programa que más crece
El salto en el presupuesto de la Pensión Mujeres Bienestar (de 15,000 a 56,969 millones de pesos) obedece a su implementación gradual. En 2025, solo beneficiaba a mujeres de 63 y 64 años con un apoyo bimestral de 3,000 pesos. Para 2026, el programa se extenderá a mujeres de 60 a 62 años, y en municipios con mayoría indígena o afromexicana ya cubre desde este año a todas las mujeres de 60 a 64 años.
Contexto: ¿Por qué importa?
México enfrenta un aumento acelerado en la población adulta mayor: según el Coneval, para 2030, uno de cada cinco mexicanos tendrá más de 60 años. Este escenario presiona las finanzas públicas, ya que el gasto en pensiones —especialmente las no contributivas— depende directamente del presupuesto federal, sin aportaciones previas de los beneficiarios.
Mientras el gobierno prioriza la ampliación de coberturas sociales, expertos cuestionan la sostenibilidad de un modelo donde las pensiones contributivas, históricamente mayoritarias, pierden peso frente a programas con crecimiento exponencial. La discusión sobre cómo financiar este gasto —sin afectar otros rubros como salud o educación— será clave en los próximos meses.
Descubre más desde NotaTrasNota
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.