Analistas dividen pronósticos: mientras unos ven pauses por presiones inflacionarias, otros anticipan bajadas alineadas con EE.UU., pese a nuevos impuestos que elevarían precios en 2026.

Banco de México (Banxico) tiene margen para profundizar su ciclo de recortes a la tasa de interés —actual en 7.75%— tras la flexibilización monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, pero la persistente inflación podría limitar el ritmo de las bajadas, advirtieron analistas de Banamex, BNP Paribas y Bx+. Aunque coinciden en que el próximo 25 de septiembre el banco central mexicano anunciará un recorte de 25 puntos base (llevando la tasa a 7.50%), sus proyecciones divergen sobre los pasos siguientes, especialmente por el impacto de nuevos impuestos en 2026 y la lenta convergencia de la inflación hacia la meta del 3%.
El primer movimiento está casi asegurado: los tres grupos financieros anticipan que la Junta de Gobierno de Banxico reducirá la tasa en su reunión de esta semana, siguiendo el ejemplo de la Fed, que en 2025 ha acelerado sus ajustes. Sin embargo, el debate gira en torno a qué tan rápido podría avanzar el ciclo. Pamela Díaz Loubet, economista de BNP Paribas, señaló que este recorte dejaría la política monetaria en el «límite de su postura restrictiva», necesaria para contener presiones inflacionarias. Según sus cálculos, un segundo ajuste en noviembre (otra baja de 25 puntos) llevaría la tasa a 7.25%, acercándose a un terreno neutral —ni restrictivo ni expansivo—.
A partir de ahí, sin embargo, Banxico podría frenar temporalmente las reducciones. BNP Paribas proyecta que la inflación general y la subyacente (que excluye productos volátiles como energía y alimentos) seguirán por encima del 4% —el techo del rango de tolerancia del banco central— hasta al menos el primer semestre de 2026. «Si los datos confirman este escenario, la Junta pausaría los recortes desde diciembre de 2025 hasta el segundo trimestre del próximo año», explicó Díaz Loubet.
Impuestos «saludables» complican el panorama para 2026
El principal riesgo para la inflación —y por tanto para el ritmo de las bajadas— son los nuevos gravámenes que el gobierno mexicano planea implementar en 2026. Banamex estimó que estos impuestos, aplicados a tabaco, bebidas azucaradas, juegos de azar y videojuegos violentos, podrían disparar la inflación a 4.3% el próximo año, alejándola aún más de la meta. Pese a ello, la institución financiera ajustó su pronóstico y ahora espera que Banxico siga el paso de la Fed en lo que resta de 2025, con recortes adicionales en octubre y diciembre, cerrando el año con una tasa de 7%.
A más largo plazo, Banamex prevé que el ciclo termine con una tasa terminal de 6.50% en 2026, aunque advirtió que este escenario depende de que la inflación no se dispare por encima de lo esperado. «Banxico podría verse obligado a moderar el ritmo si los impuestos generan presiones mayores a las anticipadas», señalaron en un reporte a clientes.
¿Alineación con la Fed o cautela local?
La división entre los analistas refleja un dilema: priorizar la sincronía con la Fed —para evitar volatilidad en el tipo de cambio— o actuar con mayor prudencia ante riesgos inflacionarios domésticos. Mientras BNP Paribas apuesta por una pausa prolongada, Banamex confía en que el banco central mexicano replicará los tres recortes adicionales que se esperan de la Fed este año, incluso con inflación elevada.
Lo único claro, por ahora, es que el 25 de septiembre marcará el inicio de una etapa crítica: Banxico deberá decidir si acelera la relajación monetaria —aprovechando el margen que le da la Fed— o si, por el contrario, frena el ritmo para no comprometer la batalla contra la inflación. La respuesta llegará en menos de una semana.
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