Guerrero lidera la crisis con 57% de familias afectadas, mientras 800 mil hogares recurrieron a mendigar o trabajo infantil para comer

Pese a los aumentos al salario mínimo, las remesas récord y la desaceleración de la inflación, 33% de los hogares mexicanos (12.85 millones de familias) no logró cubrir sus necesidades alimentarias básicas en los últimos tres meses por falta de recursos, según la más reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi. La cifra revela que, en plena segunda mitad de la década, uno de cada tres mexicanos vive con inseguridad alimentaria, un problema que persiste como un círculo vicioso de pobreza y marginación.
Guerrero, el estado más golpeado; Aguascalientes, el menos afectado
El panorama varía drásticamente por región. Guerrero encabeza la crisis, con 57% de sus hogares en esta situación, seguido de cerca por Oaxaca (52%) y Chiapas (50%). En contraste, Aguascalientes registra la menor proporción (19.1%), aunque incluso allí casi uno de cada cinco hogares enfrenta dificultades para alimentarse. Los datos exponen una brecha profunda entre entidades, donde factores como la pobreza extrema, la baja productividad agrícola y la falta de empleo formal agravan el problema.
Hambre crónica y estrategias de supervivencia
La encuesta del Inegi detalla que la escasez de alimentos ha obligado a 816,801 hogares (6.4% del total) a recurrir a medidas extremas para comer, como:
- Mendigar (pedir limosna).
- Enviar a niños a trabajar para obtener ingresos.
- Realizar trueques o prácticas socialmente estigmatizadas.
Además, en 3.72 millones de hogares (29%) un adulto pasó hambre y dejó de comer, mientras que en 2.68 millones (20.8%) alguien omitió todas las comidas del día o solo ingirió una. La FAO define esta situación como hambre crónica: una carencia prolongada de calorías que impide llevar una vida activa y saludable.
Un problema de doble cara: desnutrición y obesidad
México enfrenta una paradoja alimentaria, advierte Uberto Salgado Nieto, investigador de la UNAM. Mientras millones padecen desnutrición por falta de acceso a alimentos, el país también liderea rankings globales de obesidad y diabetes, enfermedades vinculadas a dietas pobres en nutrientes pero altas en ultraprocesados. «Coexisten problemas de nations subdesarrolladas con los de países ricos: desigualdad, pobreza y un sistema alimentario disfuncional», explica el especialista.
Consecuencias más allá del plato
Diego Arias, experto del Banco Mundial, señala que la inseguridad alimentaria trasciende lo nutricional: «Afecta la salud, la productividad laboral y la capacidad de las personas para salir de la pobreza. Es un ciclo que se retroalimenta». La FAO añade que, sin acceso a una dieta adecuada, las familias ven limitadas sus oportunidades económicas y educativas, perpetuando la marginación.
Contexto clave:
- Inseguridad alimentaria (según la FAO): Falta de acceso regular a alimentos inocuos y nutritivos para un desarrollo saludable.
- Causas principales en México: Bajos ingresos, inflación residual en alimentos básicos, desigualdad regional y dependencia de programas sociales.
- Datos comparativos: En 2024, la cifra de hogares afectados era similar (32.8%), lo que sugiere un estancamiento en la solución del problema.
La ENIGH 2025 confirma que, a pesar de los avances económicos macro, la crisis alimentaria en México sigue siendo un desafío sin resolverse, con impactos que podrían extenderse por generaciones.
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