

Mérida, Yuc. 22 de septiembre/Eduardo May.- El 22 de septiembre de 2002 es una fecha que aún recuerdan con dolor los yucatecos. En horas de la madrugada el huracán Isidoro, uno de los más intensos cruzó la península de Yucatán dejando una amplia estela de daños, pérdidas importantes en la agricultura del estado, pero mucho más en destrozos en por lo menos 45 municipios.
Isidoro es uno de los fenómenos climatológicos más intensos y dañinos que han impactado Yucatán, luego de Gilberto en 1988.
A su paso por la península de Yucatán Isidoro marcó una ruta de destrucción. En 36 horas, desde su impacto a tierra sobre el litoral yucateco hasta su salida al mar, el huracán Isidoro arrasó con propiedades y recursos de cientos de familias. Previamente, el fenómeno había afectado gravemente a Jamaica y Cuba, en su desplazamiento por el Caribe con vientos sostenidos de 225 kilómetros por hora.
Isidoro fue la octava tormenta con nombre de la temporada de ciclones 2002. Se formó al suroeste de Trinidad y Tobago, frente a las costas de Venezuela un 14 de septiembre, durante su proceso de desarrollo la tormenta tropical se fortaleció hasta alcanzar la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson. En los 13 días, a partir de su formación, el sistema climatológico se debilitó y fortaleció, siendo una de sus muchas características, creciendo en fuerza y potencia.
Fue así que, el 22 de septiembre alcanzó ingresó a territorio yucateco por el puerto de Telchac sorprendiendo por su retroceso hacia el sur. A partir de ese momento su movimiento fue errático y cruzó la península en poco más de 36 horas; sin embargo, el movimiento en zigzag derivó en un impacto mayor en vientos y precipitaciones sobre los municipios yucatecos.
Según se detalla, el sábado 21 de septiembre Isidoro cruzó el canal de Yucatán como huracán categoría III de la escala Saffir Simpson; la tarde y noche de ese sábado sorprendió a los meteorólogos ya que dio un cambio de su ruta hacia el noroeste. Su ruta preestablecida se consideró inicialmente hacia el centro del Golfo de México. Pero, en cuestión de pocas horas, el fenómeno cambió de curso para enfilar hacia las costas yucatecas.
Un dato importante fue que, una vaguada que se desplazaba desde el norte lo obligó a modificar su ruta para alcanzar el Puerto de Telchac, -localidad ubicada a 50 kilómetros de Mérida, donde inició su ruta sobre el territorio yucateco con intensidad III, llevando vientos sostenidos de 205 km/h y con rachas de 260 km/h.
El huracán redujo su avance lentamente y alcanzó con viento lluvia a la ciudad de Mérida poco más de las 5 de la tarde. Si bien, para ese momento, redujo su intensidad a categoría II vientos sostenidos de 175 km/h y rachas de hasta 219 km/h, al amanecer del día 23 el fenómeno se estacionó en el centro de la península con lluvias intensas y vientos furiosos que fueron los que azolaron pequeñas poblaciones, comisarías y rancherías de la zona.
Para el lunes 23 de septiembre por la mañana, Isidoro se degrado a categoría I, posteriormente a tormenta tropical permaneciendo estático. Fue en horas de la noche que retomó una ruta norte y noroeste regresando sobre “sus pasos”. En las primeras horas de la madrugada del día martes 24, nuevamente afectó a la ciudad de Mérida y alcanzó nuevamente las aguas del golfo de México casi al amanecer del día 24 por un punto cercano al puerto de Chuburná y Sisal.
En su momento, el gobierno del estado cuantificó daños por cerca de los 450 millones de pesos y fue preciso establecer medidas de urgencia para atender la población debido a las pérdidas económicas que ocasionó. Si bien, Isidoro no causó pérdida de vidas humanas en Yucatán, la capacidad de destrucción que alcanzó fue letal para la agricultura y ganadería yucateca.
El nombre de «Isidoro» fue retirado de la lista de nombres de huracanes por la Organización Meteorológica Mundial en primavera del 2003.
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