Cascadas imponentes, manglares, olas desafiantes y cenotes ocultos en la selva conforman una oferta única para quienes buscan combinar naturaleza y aventura
Cd de Guatemala a 25 de sept — Desde lagos turquesa en las tierras altas y ríos escondidos en la selva hasta cascadas termales y playas de arena negra en el Pacífico, Guatemala se distingue por ofrecer algunas de las experiencias acuáticas más diversas de Centroamérica.
Ya sea recorriendo en kayak el Lago de Atitlán, explorando las pozas esmeralda de Semuc Champey, disfrutando de las cascadas termales de Finca El Paraíso o adentrándose en costas bordeadas de manglares y playas donde desovan tortugas marinas, cada actividad integra aventura, riqueza natural y cultura viva.
En los bosques de Alta Verapaz, el Salto de Chilascó se precipita desde casi 130 metros de altura, lo que la convierte en una de las cataratas más altas de Centroamérica. Además de admirar el espectáculo natural, los visitantes pueden observar al ave nacional, el quetzal, en su hábitat natural.
Conocidas como las cataratas del Niágara guatemaltecas, Los Amates representan un entorno sereno y poco concurrido, donde el agua forma pozas cristalinas ideales para nadar y descansar. Sus senderos, rodeados de rocas y vegetación, invitan a recorrer un paisaje prácticamente virgen.
En la Finca El Paraíso, cerca del Lago Izabal, aguas termales descienden en cascada sobre un río de agua fría, creando una experiencia singular. Además de nadar, es posible explorar cuevas ocultas tras el velo de agua y aprovechar un ritual natural con barro rico en minerales. El Parque Nacional Río Dulce y la histórica fortaleza de San Felipe complementan la visita a esta región.
Experiencias en ríos y lagos
Un viaje acuático por Guatemala no estaría completo sin conocer Semuc Champey, Monumento Natural que resguarda un puente de piedra caliza y pozas turquesa en medio de la selva. A pesar de su creciente popularidad, sigue siendo un entorno casi intacto, donde es posible nadar, saltar desde formaciones rocosas naturales o simplemente contemplar el paisaje. Los visitantes más intrépidos pueden descender en neumáticos por el río Cahabón o adentrarse en las cuevas de Kan’ba, atravesando un laberinto de cavernas subterráneas.
El Lago de Atitlán, rodeado por los volcanes San Pedro, Atitlán y Tolimán, ofrece un entorno más tranquilo pero igualmente majestuoso. Sus aguas cristalinas son idóneas para practicar kayak o paddle al amanecer. Las excursiones suelen combinar estas actividades con visitas a pueblos mayas como Santiago Atitlán y San Juan de la Laguna, donde es posible conocer a artesanos, degustar gastronomía tradicional y escuchar relatos transmitidos por generaciones.
En Huehuetenango, los cenotes de Candelaria revelan un oasis selvático con pozas cristalinas. Allí se puede nadar, practicar esnórquel entre peces cíclidos o realizar un picnic rodeado del canto de aves tropicales
Tesoros costeros de Guatemala
La costa pacífica guatemalteca amplía las posibilidades de aventura. El Paredón se ha consolidado como un destino emergente, reconocido por sus olas constantes y su ambiente relajado. Es un lugar ideal tanto para principiantes como para surfistas experimentados, todo enmarcado por extensas playas de arena negra.
Más al sur, Monterrico combina belleza costera con compromiso ambiental. Cada sábado por la noche, visitantes y comunidad se reúnen para liberar tortugas marinas verdes recién nacidas al mar. El tortugario local lidera iniciativas de conservación y educación, generando un impacto positivo en el ecosistema y en la experiencia de los viajeros.
Aventuras entre manglares
Los manglares de Guatemala representan uno de los ecosistemas más valiosos y menos conocidos del país. Estos bosques, que crecen en aguas salobres, albergan una gran diversidad de especies y protegen naturalmente la línea costera.
Excursiones en lancha o kayak en destinos como El Paredón y Monterrico permiten recorrer canales serpenteantes donde es común avistar pelícanos, garzas e incluso cocodrilos. Algunas actividades también incluyen la posibilidad de participar en proyectos locales de conservación, como la siembra de plántulas de manglar o el apoyo a cooperativas dedicadas a la protección de estos hábitats. @visitguatemala.gt
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