Decenas de delegados abandonan la Asamblea General mientras el primer ministro israelí acusa a líderes occidentales de «débiles» y defiende la ofensiva en Gaza, donde ya suman más de 65.000 muertos en casi dos años.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, generó una nueva crisis diplomática este viernes en la Asamblea General de la ONU al pronunciar un discurso combativo en el que rechazó rotundamente la creación de un Estado palestino, acusó a líderes occidentales de «débiles» y justificó la continuación de la ofensiva militar en Gaza, donde —según cifras del Ministerio de Sanidad gazatí— han muerto más de 65.000 personas desde octubre de 2023. La intervención, de 40 minutos, provocó el abandono masivo de representantes de varios países, que dejaron el hemiciclo en señal de protesta.
Netanyahu comenzó su alocución exhibiendo un mapa con las operaciones militares israelíes de los últimos dos años en Gaza, Líbano, Irán, Siria, Irak y Yemen, y desafió a los asistentes con un «examen sorpresa» sobre estos territorios. «Israel no permitirá que nos impongan un Estado terrorista», advirtió, dirigiéndose a naciones como Francia, Reino Unido, Australia y Canadá, que en los últimos meses han reconocido oficialmente a Palestina. Según el mandatario, estos países «recompensan a los más antisemitas del mundo» y ceden ante «medios sesgados y turbas radicales».
«Israel debe acabar el trabajo en Gaza»
El centro del discurso fue la defensa de la ofensiva en Gaza, donde Netanyahu aseguró que las fuerzas israelíes se preparan para invadir la ciudad de Gaza —la capital del territorio—, donde, según afirmó, «los últimos remanentes de Hamás se atrincheran» y planean repetir ataques como los del 7 de octubre de 2023, cuando el grupo armado mató a 1.200 personas en Israel. «Por eso debemos terminar el trabajo, y lo haremos lo más rápido posible», declaró, sin mencionar el destino del millón de civiles que habitan la zona.
El primer ministro negó las acusaciones de genocidio —investigadas por tribunales internacionales y respaldadas por una comisión de la ONU— y desmintió la existencia de una hambruna en Gaza, pese a que índices globales la han confirmado. «Con el tiempo, muchos líderes mundiales cedieron. Se rindieron ante la presión», criticó, atribuyendo el giro en el apoyo internacional a Israel a una supuesta campaña de desinformación y antisemitismo.
Mensaje directo a Hamás y a los rehenes
Netanyahu afirmó que su discurso fue transmitido en vivo a los teléfonos móviles de los gazatíes gracias a «esfuerzos especiales» de la inteligencia israelí, aunque agencias como EFE verificaron que los residentes en la ciudad de Gaza no recibieron la señal. Su objetivo, dijo, era llegar a los líderes de Hamás y a los carceleros de los 48 rehenes que aún permanecen en poder del grupo —de los cuales se estima que 20 siguen con vida—. «Depongan las armas. Liberen a los rehenes. Si lo hacen, vivirán. Si no, Israel los perseguirá», amenazó.
El mandatario también atacó a la Autoridad Nacional Palestina, a la que calificó de «corrupta hasta la médula», y advirtió que ceder territorio a un Estado palestino sería una «locura» y un «suicidio nacional» para Israel. «Esta no es solo mi posición, es la política del Estado y de su población», remarcó ante una audiencia notablemente reducida.
Contexto clave:
- La guerra en Gaza cumple casi dos años desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la ofensiva israelí.
- Más de 140 países han reconocido al Estado de Palestina, una cifra que ha crecido en 2025 pese a la oposición de Israel y EE.UU.
- La Corte Internacional de Justicia investiga a Israel por posibles crímenes de guerra, incluyendo el bloqueo de ayuda humanitaria a Gaza.
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