Fenómenos climáticos y fallas eléctricas amenazan la operatividad del sector, que busca soluciones de emergencia para evitar cancelaciones y daños reputacionales

Los apagones provocados por tormentas o fallas en el suministro eléctrico están generando pérdidas económicas de entre 200,000 y 3 millones de pesos por hora en hoteles y restaurantes de México, según datos de la empresa de servicios energéticos Skysense. Más allá del impacto financiero inmediato, estas interrupciones ponen en riesgo la experiencia de los huéspedes, provocan cancelaciones masivas y dañan la reputación de los establecimientos, efectos que pueden prolongarse durante meses.
El problema no se limita a la incomodidad temporal. Cuando falla la energía, se ven afectados servicios críticos como aire acondicionado, ventilación, cocinas y sistemas de reservación, lo que obliga a los hoteles a implementar planes de emergencia con climatización de respaldo para evitar pérdidas mayores. «En la operación hotelera, mantener la temperatura adecuada en situaciones críticas no es opcional: un apagón puede arruinar la estancia de los huéspedes y, con ello, la viabilidad del negocio a largo plazo», advirtió Enrique Tello, director general de Trane México, empresa especializada en soluciones de climatización.
Climatización de emergencia: la solución ante un clima impredecible
Ante el aumento de fenómenos meteorológicos extremos —como las tormentas registradas en 2024, que dejaron a miles de turistas varados—, los hoteles han comenzado a adoptar sistemas de renta de equipos de aire acondicionado y chillers (enfriadores industriales) que permiten restaurar el servicio en horas, no en días. Estas soluciones, ofrecidas por proveedores como Trane, incluyen:
- Alta disponibilidad de equipos durante picos de demanda o contingencias.
- Soporte técnico especializado para instalación y mantenimiento rápido.
- Flexibilidad para adaptarse a las necesidades de cada inmueble.
- Monitoreo remoto para prevenir fallas antes de que ocurran.
«La infraestructura hotelera no puede depender de la suerte. Requiere planes preventivos, tecnología avanzada y una logística ágil que responda en tiempo real», señaló Tello. La climatización temporal se ha convertido así en un recurso estratégico, especialmente en zonas turísticas como Cancún, Los Cabos y Riviera Maya, donde las altas temperaturas y la temporada de huracanes (de junio a noviembre) aumentan el riesgo de interrupciones.
El futuro de la hospitalidad: tecnología y prevención
Para los expertos, la capacidad de los hoteles para anticipar y mitigar los efectos de los apagones será clave en los próximos años, en un contexto donde el clima es cada vez más impredecible. La combinación de tecnología de respaldo, protocolos de emergencia y alianzas con proveedores especializados podría marcar la diferencia entre garantizar la comodidad de los huéspedes o enfrentar crisis operativas y financieras.
Mientras el sector turístico mexicano se recupera de los embates de la pandemia y se prepara para una temporada alta con mayor afluencia de visitantes, la inversión en infraestructura resiliente ya no es un lujo, sino una necesidad para sobrevivir.
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