El conflicto entre facciones del Cártel de Sinaloa escaló con el uso de aeronaves no tripuladas empleadas en Ucrania, lo que representa un nuevo desafío para las fuerzas de seguridad y la población civil

Un video difundido en redes sociales confirmó que la facción La Mayiza, vinculada al Cártel de Sinaloa, posee drones de fibra óptica —tecnología utilizada en el conflicto entre Rusia y Ucrania— arrebatados a su grupo rival, Los Chapitos. Las imágenes, cuya autenticidad no ha sido desmentida, muestran a presuntos sicarios manipulando un dron tipo Visión en Primera Persona (FPV) con un cable blanco característico de estos sistemas, mientras celebran su incautación con frases como: “Ándele, ándale, está copiado […] Tiene como un hilito blanco el güey, lo soltó”.
El hallazgo marca la primera evidencia pública de que organizaciones criminales mexicanas disponen de esta tecnología, cuya principal ventaja es su inmunidad a bloqueadores de señal y radares convencionales, al operar mediante un cable físico de fibra óptica en lugar de ondas de radio. Según expertos en seguridad, estos drones —capaces de transmitir imágenes en alta definición con latencia mínima— han sido clave en la guerra en Europa Oriental, donde su uso ha complicado las defensas antiaéreas.
Una guerra tecnológica en el narcotráfico
El conflicto entre La Mayiza (leal a Ismael «El Mayo» Zambada) y Los Chapitos (liderados por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo») estalló en mayo de 2025 tras una supuesta traición: se acusa a Guzmán López de intentar entregar a Zambada a autoridades estadounidenses. Desde entonces, Sinaloa vive una ola de violencia sin precedentes, con cientos de muertos, ataques a comercios y una crisis de seguridad que ha paralizado regiones enteras.
El video, aunque sin fecha ni ubicación precisa, surge en este contexto y revela dos aspectos críticos:
- Adaptación de tecnología bélica: Los drones FPV con fibra óptica —que pueden extenderse hasta 20 kilómetros mediante el cable— son ideales para misiones de vigilancia o ataques con explosivos. Su uso en México se suma a tácticas ya documentadas, como el empleo de drones kamikaze cargados con artefactos improvisados contra rivales o comunidades que resisten su influencia.
- Carrera armamentística entre cárteles: Fuentes abiertas señalan que La Mayiza también habría adquirido sistemas Skyfend, dispositivos de inhibición de señales capaces de neutralizar drones enemigos. Esto refleja una escalada en la sofisticación operativa de los grupos criminales, que ahora compiten por dominar el espectro tecnológico.
Riesgos para la seguridad nacional
La llegada de estos drones plantea tres desafíos inmediatos para el Estado mexicano:
- Dificultad de detección: Al no emitir señales de radiofrecuencia, son «fantasmas» para los radares tradicionales y los sistemas de contramedidas electrónicas (como los desplegados por el Ejército).
- Amenaza a eventos masivos: Autoridades ya trabajan en protocolos para proteger el Mundial de Fútbol 2026, donde se prevé el uso de drones interceptores. Michoacán, Guanajuato y Sinaloa —estados con alta incidencia criminal— son zonas prioritarias.
- Impacto en la población: Los ataques con drones no solo han dejado víctimas entre grupos rivales, sino también entre civiles. En 2024, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) utilizó aeronaves no tripuladas para lanzar explosivos contra una comunidad en Michoacán que se negó a pagar «derecho de piso».
Contexto global: de Ucrania a México
Los drones de fibra óptica se popularizaron en el conflicto ruso-ucraniano por su resistencia a las interferencias electrónicas. Sin embargo, su dependencia del cable los hace vulnerables a cortes físicos o sabotajes. En México, su adopción por los cárteles podría estar vinculada a:
- Mercado negro de armamento: La filtración de tecnología desde zonas de guerra (como Ucrania o Medio Oriente) hacia América Latina no es nueva. En 2023, la DEA alertó sobre el tráfico de rifles de francotirador y misiles portátiles hacia grupos criminales.
- Alianzas con actores internacionales: Algunos analistas sugieren que facciones como el CJNG o el Cártel de Sinaloa podrían estar recibiendo asesoría de exmilitares o mercenarios con experiencia en conflictos modernos.
¿Qué sigue?
El gobierno mexicano ha reforzado su arsenal con drones interceptores y sistemas de guerra electrónica, pero la velocidad con que los cárteles adoptan nuevas tecnologías supera la capacidad de respuesta institucional. Mientras el conflicto en Sinaloa se recrudeció en 2025, expertos advierten que la próxima fase de la violencia organizada podría definirse por batallas aéreas no tripuladas, con consecuencias impredecibles para la seguridad regional.
Con información de fuentes abiertas, Milenio y reportes de inteligencia de la Sedena (2024-2025).
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