Investigadores logran un récord mundial con paneles que transforman la luz de lámparas en electricidad, reduciendo residuos electrónicos y costos

Los dispositivos domésticos como controles remotos, detectores de humo o teclados inalámbricos podrían prescindir pronto de las pilas gracias a un avance científico: celdas solares de perovskita diseñadas para interiores, capaces de generar energía con la luz de lámparas LED o fluorescentes. Un equipo de la University College London (UCL), liderado por el profesor Motjaba Abdi-Jalebi, desarrolló este tecnología, que es seis veces más eficiente que las soluciones actuales y significativamente más barata. Los resultados, publicados en Advanced Functional Materials, marcan un hito en la búsqueda de alternativas sostenibles a las baterías desechables.
El secreto está en la perovskita, un material que, a diferencia del silicio tradicional, puede fabricarse como tinta y aplicarse en capas ultrafinas —similar a imprimir un periódico—. Esto reduce costos y simplifica la producción, ya que no requiere los procesos de alta temperatura y complejidad asociados a los paneles solares convencionales. Además, la perovskita absorbe un amplio espectro de luz, incluso en condiciones de poca intensidad, como la iluminación doméstica.
En las pruebas, las celdas alcanzaron una eficiencia récord del 38% bajo luz de oficina (1.000 lux), superando ampliamente el 22% de los paneles solares exteriores de silicio. Otro avance clave fue su durabilidad: tras más de 100 días de uso continuo, mantuvieron más del 90% de su rendimiento, desmintiendo la reputación de fragilidad de la perovskita.
Hacia un futuro sin pilas tóxicas
Aunque aún no pueden alimentar dispositivos de alto consumo como laptops, los investigadores ven un potencial enorme en su integración con sensores, termostatos o pequeños electrodomésticos. «Queremos reemplazar miles de millones de baterías tóxicas con una opción limpia y reciclable», explicó Abdi-Jalebi. Su equipo ya colabora con empresas para escalar la producción y que estas celdas sean tan accesibles como las pilas actuales.
El impacto ambiental sería significativo: reduciría millones de toneladas de residuos electrónicos al año, además de disminuir la dependencia de materiales no renovables. Según los expertos, este avance sigue el mismo camino que los paneles solares tradicionales, que pasaron de ser un lujo caro a generar el 7% de la energía global en 2025 —equivalente al consumo anual de India—. Si la tecnología se masifica, hogares y oficinas podrían tener dispositivos que se recarguen solos con la luz ambiental, eliminando la necesidad de reemplazar pilas cada pocos meses.
El siguiente desafío es optimizar su rendimiento para equipos más demandantes y garantizar su producción a gran escala. Mientras tanto, el récord de eficiencia y estabilidad logrado por la UCL abre la puerta a una revolución energética en espacios cerrados.
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