

Mérida, Yuc 16 de oct/Eduardo May/.- La conmemoración del Hanal Pixán -Comida de las Ánimas- es una de las más esperadas por los yucatecos, es una ancestral tradición maya que se realiza en la Península de Yucatán del 31 de octubre al 2 de noviembre, uno más de los sincretismos de la cultura maya e hispánica, donde se entreteje la conmemoración de los finados en el ritual católico y la tradición de nuestra cultura indígena con sus muertos.
Consiste en honrar a los antepasados con ofrendas como viandas, bebidas e imágenes, que se divide en tres días: el 31 de octubre para los niños «U Hanal Palal» -comida de los niños en maya, el 1 de noviembre para los adultos «U Hanal Nucuch Uinicoob» -comida de los adultos, y el 2 de noviembre para todos los difuntos con una misa y oraciones.
Las familias yucatecas preparan altares con elementos simbólicos y los platillos favoritos de sus seres queridos para darles la bienvenida tras un año de permanecer en el inframundo. En esta celebración, que en la actualidad se mezcla con la tradición anglo sajona de Halloween, para formar una simbiosis de tres culturas distintas, se ameniza con música, evocaciones y añoranzas de los seres queridos, parientes, amigos y conocidos que ya no están en el plano terrenal.
En su caso en la Península de Yucatán, como en las culturas mesoamericanas, la cultura de la muerte tiene un significado diferente con respecto a la idiosincrasia católico-europea.
Por ello, autoridades estatales y municipales preparan un amplio programa de eventos artístico-culturales, pero también gastronómicos, deportivos y festivos que incluyen unas 150 actividades diseminadas en diferentes puntos del estado. Con ellos, colegios, universidades, instituciones e incluso empresas y comercios participan y se suman a estos programas de acontecimientos.
Desde una monumental muestra de altares tradicionales, el paseo de las ánimas, -desfile de disfraces-, el festival del Mucbipollo o pibes -tamal tradicional en Hanal Pixán-, recorridos nocturnos guiados por cementerios y panteones de Mérida, una bici-ruta, un paseo de las ánimas en canoas iluminadas y adornadas por la rada de Rio Lagartos, así como concurso de disfraces para mascotas, bailes y fiestas con temáticas de películas de terror, por señalar algunos.
En su caso, el Ayuntamiento de Mérida organiza un amplio programa artístico cultural y gastronómico, de igual forma que los municipios de Progreso, Valladolid, Umán, Tekax, Tizimín, Motul e Izamal realizarán certámenes de ‘mesas de santos’ altares y muestras gastronómicas del manjar maya, el pib, que se disfruta en todas las casas, con variantes en sus recetas y que se coloca como plato principal en la ofrenda a los difuntos.
En la tradición yucateca, las ánimas regresan del inframundo en estas fechas y las familias los esperan con fiestas, alimentos, bebidas, imágenes y rezos, así como postres y frutas “que eran las preferidas del difunto”, que se colocan en sitios especiales con velas e incienso, esperando sea del agrado de “los visitantes”.
Durante tres días, las familias esperan la visita de sus finados niños, después de sus familiares más cercanos que hayan partido del mundo terrenal y finalmente el último día, a todas las ánimas -almas- que se retirarán por un año a su morada nuevamente “en el más allá” y que dará pie a dividirse y disfrutar de todos los alimentos que se colocaron en los altares.
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