Mérida, Yuc 17 de oct./Eduardo May/ El astrónomo yucateco Eddie Ariel de Jesús Salazar Gamboa, autor de cerca de 20 libros de divulgación científica y matemáticas, descubridor de fenómenos arque oastronómicos solares y lunares en Dzibilchaltún y Chichén Itzá falleció a los 79 años en esta ciudad de Mérida.
Académico Emérito del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) y de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) deja un amplio legado de documentos, trabajos y publicaciones científicas realizadas en su vida profesional. El Maestro Eddie Salazar, logró estudiar el Códice Maya de Dresde, Alemania, documento maya datado en el siglo XII, relacionado con la tabla de eclipse, las fase de la Luna y la tabla de Venus.
Ex coordinador del Grupo de Astronomía “Hipatia de Alejandría” del ITM, nació el 22 de marzo de 1946, fue hijo de Don Inocencio Salazar Barrera y Doña María Exaltación Gamboa O’Horán, quienes impulsaron y apoyaron los estudios de su hijo.
Galardonado y reconocido en innumerables ocasiones el catedrático Salazar Gamboa forjó generaciones de matemáticos y profesionistas dando clases tanto en la Preparatoria de la No. 1 de la Universidad de Yucatán, como en las carreras de ingeniería en el Tecnológico de Mérida.
Recipiendario del premio “Jaguar del Turismo 2020” por la Asociación Mexicana de la Industria Turística (AMIT) Yucatán, cursó de manera simultánea la Licenciatura en Matemáticas, en la Facultad de Matemáticas de la UADY (1968-1972) y la de Ingeniería Química, Facultad de Ingeniería Química de la UADY (1968-1973).
Obtuvo la Maestría en Administración de Empresas, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (1976-1978). Al concluir fue contratado para impartir clases en este plantel. El matemático e ingeniero químico se especializó en Docencia (1977-1979), en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y recibió el premio al Maestro Distinguido del Estado de Yucatán 2021.
Al destacar con su gran facilidad en su proyección de ideas, fue invitado a colaborar en proyectos industriales por la Secretaría de la Presidencia de la República, durante la administración de Luis Echeverría Álvarez en la década de los años 70’s.
En 1968, junto con el matemático Tomás Vera Prem (+), fundaron la primera Escuela de Preparación de Alumnos en Verano donde se impartían las materias de física, matemáticas y química, etc.
En 1973, junto con Víctor Hernández Monsreal, crearon y pusieron en operación la primera Escuela de Computación, llamada Centro de Procesamiento Industrial y Computacional a nivel Bachillerato.
Destacó como profesor fundador de la Facultad de Economía, así como de la Facultad Contaduría y Administración, ambas de la UADY. También fue fundador de la Maestría en Administración de la Facultad de Contaduría y Administración.
En 1987 contribuyó en forma directa a la formación y creación de la Sala del Universo del Museo de Historia Natural de Mérida y participó en la creación del Planetario del Ayuntamiento de Mérida, instalado en el Centro Cultural El Olimpo.
A lo largo de su vida profesional publicó múltiples artículos y libros sobre ciencia, filosofía y religión.
Investigaciones y descubrimientos
De 1986 a l995 trabajó con el arqueólogo Víctor Segovia Pinto (+), su amigo y uno de sus más destacados colaboradores, efectuando diversos estudios de arqueo-astronomía.
En 1993, fue el codescubridor del ascenso y descenso de Kukulcán Lunar, es decir, el fenómeno que se refleja sobre la alfarda noroeste de “El Castillo” de Chichén Itzá, donde proyecta una serpiente de luz y sombra, que se forma con la luz de la primera Luna llena después del equinoccio de primavera. El hallazgo arqueoastronómico fue reconocido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Asimismo, de 1996 a 2015 en forma independiente, realizó diversos estudios en “El Castillo” de Kukulcán, en Chichen Itzá, El 22 de junio de 2007, el INAH el entregó el galardón, como descubridor de la bisección del edificio precolombino durante el solsticio de verano y el de invierno, que había descubierto en 1997.
En 2014, descubrió y patentó ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), la fórmula para el cálculo de la superluna, fenómeno astronómico, en el cual el satélite natural de la Tierra tiene su perigeo estando en su fase de llena, cuyo diámetro físico no se altera, pero si su diámetro angular, el cual aumenta hasta en 12 por ciento además que posee una mayor brillantez, de hasta 10 por ciento
Por ende, se trata de múltiples descubrimientos de fenómenos arqueo-astronómicos que eran desconocidos para todos, y cuyos estudios aún continúan.
Salazar Gamboa fue un gran estudioso de la astronomía y las matemáticas, lo que significó la constante invitación a impartir numerosas conferencias en importantes foros; paralelamente ha desarrollado, realizado y publicado múltiples artículos sobre ciencia, filosofía y religión.
Por sus estudios, descubrimientos y análisis recibió de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), una invitación a impartir la ponencia “Los Misterios de la Pirámide de Kukulcán”, en el marco del Congreso Internacional de Arqueoastronomía efectuado en Cozumel, Quintana Roo, 27 – 29 agosto de 2014.
En octubre de 2014 fue invitado a impartir la magna conferencia “Decodificando a Kukulcán”, en el marco del III Foro Empresarial de las Méridas del Mundo y el Primer Foro Internacional de Negocios en Houston, efectuado en Texas, Estados Unidos, donde lo esperaban un gran número de personas interesadas por el conocimiento de sus descubrimientos.
A lo largo de cinco décadas impartió más de 200 conferencias de tipo científico, tanto de astronomía como matemáticas, e incluso, de climatología, además de las 60 ponencias impartidas en el Centro Cultural El Olimpo.
Recibió numerosos reconocimientos, tanto del gobierno del Estado de Quintana Roo como de Yucatán, además de la propia UADY e ITM, así como de la Secretaría de Educación Pública (SEP), del INAH, de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Tecnológico de Monterrey, e incluso, de la Unesco, además de escuelas privadas, asociaciones empresariales, y organismos no gubernamentales.
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