El éxito económico de regiones como Ica enfrenta críticas crecientes por el consumo de agua en zonas desérticas.

Perú ha logrado convertir las vastas llanuras desérticas de su costa en un inmenso huerto. Se ha erigido como una potencia agroexportadora global. Entre 2010 y 2024, las exportaciones agrícolas crecieron un 11 por ciento anual. Alcanzaron la cifra récord de $9,185$ millones de dólares. El país es ahora el mayor exportador mundial de uvas de mesa y arándanos.
El proceso inició en la década de 1990 con reformas liberalizadoras y la promoción de la inversión extranjera. La tecnificación del riego permitió aprovechar el «invernadero natural» del desierto costero. La superficie cultivable se amplió en un 30 por ciento, según la experta Ana Sabogal.
Beneficios económicos y crisis hídrica
La agroexportación representó el 4.6 por ciento del PIB peruano en 2024. El economista César Huaroto señala que la industria dinamizó la economía local y aumentó el empleo formal. Sin embargo, esto ha encarecido la mano de obra para los pequeños agricultores. Muchos se han visto obligados a vender sus tierras.
La principal crítica es el consumo de agua en una región desértica donde la población carece de suministro constante. La activista Charo Huaynca denuncia que grandes explotaciones tienen acceso prioritario y pozos profundos. Mientras tanto, los asentamientos humanos dependen de camiones cisterna. El acuífero subterráneo de Ica muestra signos de agotamiento. Sabogal advierte que la situación actual no es sostenible a largo plazo si no se garantiza el agua para la población y los ecosistemas.
La información y los datos provienen de BBC News Mundo, basados en cifras del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Perú, ADEX, y análisis de expertos de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y la Pontificia Universidad Católica del Perú.
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