
Mérida, Yuc. 9 de dic/Eduardo May/ – El cambio climático está mostrando sus efectos con el aumento de temperatura de los mares, lo que pone en riesgo las pesquerías y graves afectaciones al ser humano. El Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentable (IMIPAS) reportó que, tanto zonas del Golfo de México, como el Océano Pacífico han incrementado su temperatura hasta en 1,5 grados centígrados.
El organismo manifestó que, el aumento de la temperatura del mar en distintas regiones del país, incluyendo la región del Golfo y Mar Caribe está generando presiones significativas sobre las especies marinas, que deben adaptarse a nuevos modelos climáticos en sus hábitats
Víctor Manuel Vidal Martínez director de esta dependencia expuso que existen suficientes registros ambientales para estudiar este fenómeno y su impacto. Expuso que los indicadores y registros en la última década apuntan a que, el calentamiento ha sido de aproximadamente 1.5 grados, lo cual representa un cambio abrupto para la fauna y flora marina.
“Actualmente, la temperatura de las diferentes zonas marinas del litoral mexicano oscila entre los 28 y 31 grados. Eso es fuerte, porque las especies deben de ir a proceso de adaptación para su supervivencia y no están acostumbradas a ese cambio tan brusco”, dijo, al destacar que estos incrementos alteran su comportamiento y su capacidad de adaptación, reproducción y desarrollo.

Vidal Martínez sostuvo que, otro problema es la pesca ilegal y no reglamentada que exacerba los efectos del calentamiento, pues modifica la distribución de los organismos y altera sus ciclos reproductivos.
“Es el principal cáncer que tiene la pesca en el país”, afirmó, al insistir en la necesidad de impulsar una política nacional que combine conservación, regulación y acciones para enfrentar el cambio climático.
Como parte de las alternativas destacó la acuacultura regenerativa, tanto para la repoblación de especies, como el mero y la lisa, como para el cultivo de ostiones cuyas conchas capturan carbono.
Señaló que especies como pulpos, pepinos de mar, erizos y caracoles ya muestran daños visibles, como el adelgazamiento de sus conchas, lo que las hace más vulnerables a la depredación.
Esta condición, argumentó se refleja también en los humedales, zonas de manglares, pantanos y ciénagas donde decenas de especies marinas se reproducen y por ende también se incluye a las aves, reptiles, moluscos que viven en estas áreas, ya que sus volúmenes de captura para alimentación se reducen o modifican, lo también erosiona su capacidad regenerativa.
Abundó que, las pesquerías de la zona peninsular han tenido graves problemas por la sobre explotación, por los abusos y condiciones de sobre exposición para su captura ante la demanda nacional e internacional, lo que también ha afectado a miles de familias de pescadores que dependen de este sustento, subrayó.
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