Diagnósticos se triplican en generaciones recientes sin explicación clara. Expertos investigan factores ambientales y dietéticos como posibles detonantes.

Un cáncer extremadamente raro está aumentando con fuerza en adultos jóvenes. Las cifras muestran que las generaciones recientes se diagnostican tres o cuatro veces más que las anteriores. Este cáncer aparece en el apéndice, un órgano pequeño que casi no recibe atención. Se ha vuelto protagonista de una tendencia que desconcierta a los especialistas. Antes afectaba principalmente a personas mayores. Hoy, uno de cada tres diagnósticos ocurre en menores de cincuenta años.
Estudios recientes publicados en Gastroenterology y Annals of Internal Medicine confirman el riesgo. Quienes nacieron entre finales de los setenta y ochenta tienen un riesgo mucho mayor. Este salto inesperado sigue creciendo sin una explicación sólida. El apéndice se consideró inútil durante mucho tiempo, ignorando sus enfermedades. La complicación más común es la apendicitis. Sin embargo, en casos raros, al retirar el órgano aparece un tumor que pasó desapercibido.
El diagnóstico es complicado porque los síntomas son ambiguos. Incluyen dolor abdominal o hinchazón, fáciles de confundir con trastornos digestivos comunes. El cáncer de apéndice suma apenas unos tres mil casos anuales, lo que limita la investigación. No existen guías de detección temprana ni tratamientos estandarizados. Los casos se triplicaron en personas nacidas entre 1976 y 1984. Se cuadruplicaron en quienes nacieron entre 1981 y 1989. Las hipótesis sobre el origen incluyen cambios en la alimentación, el sedentarismo y la exposición a microplásticos.
La información y los datos provienen de ROBOTITUS, basados en estudios publicados en Gastroenterology y Annals of Internal Medicine.
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