
Mérida, Yuc. 15 de dic/Eduardo May/ – Especialistas del Laboratorio de Geología de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM en Mérida han iniciado estudios para conocer el origen de los sismos que se han presentado en el centro de la Península de Yucatán en las últimas semanas. Los registros indican que, en diciembre se han registrado cinco seísmos en la zona de Ticul, al sur de Mérida, sin que se conozca aún la causa de estos fenómenos.
Juana Elia Escobar Sánchez, responsable del Laboratorio de Geología señaló que, los estudiosos aún no tienen el origen de estos movimientos de tierra, qué si bien son muy bajos y pocos perceptibles, suman cinco en lo que va del mes de diciembre, puntualizó la profesional.
Dijo que, Yucatán esta es una zona pasiva, “pero no quiere decir que no haya movimientos”. Desde el pasado lunes 8 la Coordinación de Protección Civil del estado informó de tres sismos de baja intensidad en el perímetro del municipio de Ticul, a 80 kilómetros al sur de la Ciudad de Mérida.
Procivy detalló que, entre estos eventos, registro tres sismos: el viernes 5 de diciembre: uno de magnitud 4.1, localizado a 16 kilómetros al noreste de Ticul y perceptible a las 23:38 horas; así como dos sismos de magnitud 3.5 y 3.7, ocurridos a las 3:44 y 3:46 horas, respectivamente, con epicentro a 17 kilómetros al sur de Muna. Todos fueron catalogados como movimientos leves.

Sin embargo, tres días después, el 11 de diciembre se reportaron dos nuevos incidentes en la misma región, siempre con poca intensidad y efectos mínimos, que no reportaron daños materiales y tampoco efectos mayores para la población de la zona centro del estado.
La geóloga explicó que estos fenómenos son poco usuales y no tan evidentes. “Lo que pasa es que también tenemos equipos cada vez más sensibles, con mayor tecnología y entonces pueden detectar más sismos, a diferencia de antes”, expuso. En realidad estos sismos son de muy baja intensidad, de unos 4.5 o 4.6 grados.
Informó que los temblores han ocurrido principalmente en la “falla de Ticul”, la zona de mayor deformación tectónica en la Península de Yucatán, que va desde la población de Maxcanú hasta el sur de Ticul, aunque no es la única en la región, una distancia estimada de 30 kilómetros.

“Tenemos otra falla también característica que tiene su origen en la zona de Campeche y existe otra más, que está hacia la zona de Holbox, pero la más importante y la más larga es la falla de Ticul, con aproximadamente 130 kilómetros”.
Es una zona de deformación grande y no solamente es una falla, sino que ahí dentro hay un conjunto de fallas que está ocurriendo, y que dan pie a estos movimientos de tierra.
“Ahora está temblando y mucho antes también ha seguido temblando, solamente que no lo percibíamos”
La gran mayoría de los temblores ha sido de baja intensidad porque no es una zona sísmica, reiteró. “No estamos en una zona de límite de placas como es la zona del Pacífico, la placa de Cocos, en la capital del país, el Eje Neovolcánico, o la zona de Michoacán, que sí es totalmente activa.
“Aquí se llama una zona pasiva, pero no quiere decir que no haya movimientos; ahora estamos registrando unos, pero que pueden ser característicos”. “Todavía no se sabe cuál sea su origen, pero posiblemente vengan de un desplazamiento de la falla de Ticul”, detalló.
Los registros de Protección Civil de Yucatán indicaron que, desde 1977 se han presentado eventos en la zona y que los reportes sismológicos cuantifican que, los históricos detallados dan cuenta de otros fenómenos en 1978, 1994, 2004, 2016 y 2022, con el mayor grado de 4,6 de magnitud en 1994.
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