
El Universo está repleto de estrellas, pero no todas son iguales. Estos cuerpos brillantes varían en aspectos como su temperatura, tamaño, edad y luminosidad. En tal circunstancia, las enanas rojas constituyen, según el sitio especializado Space.com, el grupo de mayor población estelar en la Vía Láctea. Pese a este hecho, una de las características de esos astros es su escasa luminosidad, si se les compara con estrellas como el Sol, por lo que estos se “ocultan” en las sombras y se vuelven, prácticamente, imperceptibles desde la Tierra.
Con el fin de dar una proporción de lo común que son estos cuerpos celestes en el vecindario galáctico de la Tierra, se puede pensar en que los científicos estiman que, de las 30 estrellas más próximas al planeta azul, 20 serían enanas rojas, así lo apunta el portal citado. Incluso, la estrella de mayor cercanía al Sol (Próxima Centauri) es una enana roja.
¿Qué son las enanas rojas?
Básicamente, las enanas rojas son las estrellas más frías de la secuencia principal y con la luminosidad más débil. Además, apunta Britannica, debido a su temperatura, suelen contener líneas espectrales de moléculas como el óxido de titanio, mismas que se disociarían en estrellas de mayores temperaturas.
Debido a que consumen menos energía, las enanas rojas son las estrellas más lentas en consumirse. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) indica que estos astros pueden sobrevivir más de 10 billones de años.
A pesar de ser estrellas “frías”, y con masas comprendidas entre 0.08 y 0.6 veces en la del Sol, las enanas rojas no son las que llevan esta característica a su máxima expresión conocida, ese lugar le corresponde a las enanas marrones. Estas últimas son “estrella fallidas”, un eslabón a mitad de camino entre un planeta como Júpiter y una estrella pequeña.