
Eduardo May.- Mérida, Yuc, 22 de enero. – El transporte de carga terrestre en Yucatán atraviesa una difícil situación debido al aumento en los precios del diésel, los peajes y las deficientes condiciones de infraestructura vial, así como los constantes cambios en los precios de las refacciones y equipos de modernización de las unidades..
Francisco Rivas Gamboa, presidente de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) en Yucatán, señaló que, los desmedidos aumentos en los combustibles, grasas y el diésel representa hasta el 40 por ciento del costo de los fletes, por lo que cada incremento en su precio repercute directamente en el valor de los productos transportados.
Dijo que, otro grave problema es la descapitalización de las empresas que realizan estos servicios y que la utilidad de las unidades de transporte es cada día más baja debido a la antigüedad de los vehículos que no se pueden modernizar a tiempo por falta de capital.
Rivas Gamboa enfatizó que la vida util de un camion de carga es de 7 años y que el reglamento de tránsito exige dicha modernización, pero es imposible adquirir equipos y vehículos nuevos debido al alto costo que se paga en otros renglones, como refacciones, llantas y combustibles.
Con ello, manifestó, desde este inicio de año, el gobierno federal incrementó tarifas en carreteras de cuota, hasta un 12 por ciento, obligando a incrementar costos por viajes estatales o traslados sobre vías concecionadas.
A partir de este mes de enero, se elevaron las tarifas de la autopista Kantunil-Cancún, es preocupante que los costos se incrementen de esta manera, porque, el usuario no siempre puede cubrir las nuevas tarifas que hay que pagar, salarios, refacciones y seguros que debe de tener un vehículo para transitar una vía federal.
Con todo esto, los incrementos salariales, apuntan a más costos, factores que encarecen significativamente la operación de los servicios, lo que afecta, tanto a los transportistas, como a los consumidor final
La situación se complica con las modificaciones en esta vía, realizadas como parte de las obras del ferrocarril. La reducción del kilometraje no solo ha alterado las tarifas, sino que también dejó tramos peligrosos y en mal estado, lo que incrementa los riesgos para los conductores.
Por otro lado, la próxima apertura del puente elevado en el puerto de Progreso traerá nuevos costos para el sector, sin que se hayan previsto soluciones a problemas clave como la falta de áreas de descanso y servicios básicos para los tráileres que esperan cargar mercancías. Esto obligará a los conductores a estacionarse en calles cercanas, intensificando los conflictos viales en la zona.
Rivas Gamboa advirtió que esta combinación de factores podría impactar gravemente la economía local, ya que los costos adicionales del transporte se reflejan directamente en el precio de los productos de consumo