
El crecimiento poblacional y económico de Yucatán ya tiene un impacto fiscal importante que se refleja en el padrón de contribuyentes del SAT, manifestó el contador público Gabriel Pacheco Caballero, presidente de la Asociación Nacional de Especialistas Fiscales del Estado.

Yucatán tenía en 2017 un padrón de contribuyentes de 992,000 personas físicas y morales mientras que hoy es de 1.412,288, un aumento del 42.39%.Este crecimiento fiscal, dijo el experto, lo atribuyo al crecimiento poblacional derivado de la migración al estado y a los emprendimientos que realizan los jóvenes con visión empresarial.
“Lo que me ha gustado de este crecimiento es que aquellos que vienen, miran al estado como una oportunidad de abrir negocios”, señaló el directivo.
“Hay muchos que vienen a vivir aquí porque tienen amigos y familiares de otros estados del país y cuando ven las condiciones benévolas abren sus negocios. Esta es la tendencia de los últimos 10 años de crecimiento poblacional”.
Pacheco Caballero hizo un largo recuento de la evolución del sistema fiscal en el estado y del proceso de digitalización que permite agilizar algunos trámites y los cuellos de botella del SAT.También de los errores más comunes de la emisión de la factura electrónica y los riesgos de depósitos de dinero en efectivo que rebasen los $15,000 al mes.
De igual manera, las recomendaciones para el buen uso de la firma electrónica, pues los empresarios yucatecos tienen la excesiva confianza de dejar el manejo de esta herramienta a “todo el mundo” y se han dado problemas por el mal uso de la rúbrica digital.En su opinión, la digitalización del sistema tributario eficienta la recaudación, ejerce una mejor vigilancia de la situación financiera de los contribuyentes y reduce los trámites presenciales, lo que se traduce en ahorro de tiempo.
Desafíos
Aunque no hay una reforma fiscal reciente o en puerta, el experto destacó que algunos sectores económicos de Yucatán enfrentan los mayores desafíos fiscales por la política y el plan maestro nacionales.Esta política afecta en mayor medida a los que se dedican al comercio exterior.
Es un foco rojo para ellos porque tienen que revisar todas sus inversiones, todos los actos que realizan en sus operaciones y deben estar muy pendientes de cumplir con todas las regulaciones para que eviten multas y sanciones, que son muy onerosas y pueden ser graves para su actividad y afectar su patrimonio.
¿Qué tan preparados están los contribuyentes para la facturación electrónica y otros sistemas digitales que impone el SAT?, preguntó el reportero.
“Creo que muchos han delegado esa información, sobre todo los que son muy pequeños le dejan esa responsabilidad al contador”, indicó.
“Generalmente cuando entran a una actividad económica delegan la contabilidad y cuentas al contador o alguna persona de confianza. El emprendedor o inversor no quiere hacer nada contable o fiscal, cree que su fuerte es hacer el negocio y deja todo al contador o una persona de su confianza”.
“Considero que es parte del desconocimiento, del miedo al tema fiscal y es donde el empresario tiene que tener cuidado de no dejar totalmente esas funciones a personas que no son expertas”, recomendó.
“Siempre les he dicho a las personas que asesoramos, o las que vienen a la asociación, que los contadores y abogados fiscalistas somos facilitadores de los negocios y ayudamos a que el negocio crezca”.
“No solo ven la parte de los impuestos, sino que aplicar la ley fiscal a favor del inversionista para que crezca su negocio en beneficio de ambos y de la economía del estado”.
“No me interesa que tengan un negocio pequeñito siempre, me interesa que crezcan y aprendan a administrar su propio negocio”, subrayó.
“Los socios de esta asociación podemos explicar y orientar cómo administrar el negocio, lo que desconocemos es cómo hacer exitosa una empresa porque el expertís es del inversionista, es su talento el que hace que sea próspero”.
“Somos un complemento, lo que carece el empresario nosotros lo facilitamos, que es el manejo fiscal y por ello estamos en constante capacitación y actualización de la legislación”.
Consejos
Pacheco Caballero dijo que para evitar problemas con el fisco hay que saber cómo expedir una factura electrónica o CFDI (comprobante fiscal digital por internet).También saber cuáles son los campos correctos que tiene que llenar, saber leer esa información respecto a lo que has facturado. Verificar si es correcto con tus ventas y tu administración, pues una falla o un olvido de la cancelación mete en problemas a la empresa cuando el SAT cruce la información de la que dispone.
Es consciente de que la fiscalización seguirá la tendencia de lo digital y ni siquiera habrá necesidad de ir a las oficinas del SAT, pero de momento habrá ciertos trámites que serán presenciales o por chat.Por ejemplo, la inscripción al Registro Federal de Contribuyentes, trámite que las autoridades han satanizado por las actividades que realizan los contribuyentes. Este primer contacto a la inscripción se volvió un cuello de botella en el SAT y así seguirá.
Otro cuello de botella en materia fiscal es la apertura rápida de negocios. Antes se abría el negocio y luego el fisco verificaba si existe, el tipo de negocio y si está trabajando, pero hoy hay que cubrir muchos trámites y es difícil que el SAT cambie de estrategia.Por tanto, este cuello de botella permanecerá por años, al menos, en los próximos dos sexenios venideros. (Continuará).— Joaquín Chan Caamal
“El emprendedor o inversor no quiere hacer nada fiscal, cree que su fuerte es hacer el negocio y deja todo al contador o una persona de su confianza”
De un vistazo
Valor catastral
El contador público Gabriel Pacheco Caballero señaló que a nivel autoridad el Ayuntamiento de Mérida quiso ser autosuficiente en su presupuesto y trató de aumentar el valor catastral en este año, pero lamentablemente las reformas que propuso no pasaron en el Congreso local, sobre todo en lo referente a las viviendas verticales.
Beneficios
A su parecer, la Comuna no realizó un buen cabildeo político y sustentar que con mayores recursos de los contribuyentes se beneficiaría al propio municipio, a los ciudadanos y al Estado porque mejorarían los servicios, como se ve en materia de seguridad pública e infraestructura.