
La música nos mueve, literalmente

Según una nueva teoría, llamada resonancia neural (NRT), nuestro cerebro y cuerpo vibran al ritmo de la música. Investigadores de la Universidad McGill en Canadá descubrieron que las neuronas se sincronizan con los sonidos, haciendo que no solo la escuchemos, sino que la vivamos.
¿Cómo funciona?
- Ritmo lento: Las neuronas del córtex se alinean con el beat, permitiéndonos bailar o marcar el compás sin esfuerzo.
- Sonidos agudos: Activan zonas profundas del oído y el tronco cerebral.
- Patrones universales: Desde bebés hasta adultos, todos reaccionamos a pulsos simples, como aplaudir o balancearse.
El «groove» y la adaptación
El cerebro prefiere ritmos equilibrados: ni demasiado predecibles ni caóticos. Cuando la música tiene un toque de sorpresa, genera esa sensación irresistible de moverse. Con el tiempo, nos «sintonizamos» con lo que escuchamos seguido.
Aplicaciones más allá de la música
Esta teoría podría usarse en educación, terapias e incluso tecnología para estimular el cerebro. Además, explica por qué la música despierta emociones: no solo las expresa, sino que las provoca en nuestro cuerpo.
La música no es solo sonido; es una conexión biológica que nos transforma. Por eso, aunque no sepas teoría musical, tu cuerpo sabe cuándo algo suena bien.