
«Barcelona ha sido entregada a los turistas. Esta es una lucha para devolverle Barcelona a sus residentes», dijo una activista

Barcelona (AP) — Manifestantes usaron pistolas de agua contra turistas desprevenidos el domingo en Barcelona y Mallorca, mientras marchaban para exigir que se reconsidere un modelo económico que creen que está alimentando una crisis de vivienda y eliminando el carácter de sus ciudades natales.
Las marchas fueron parte del primer esfuerzo coordinado de activistas preocupados por el turismo excesivo en los principales destinos del sur de Europa.
Mientras que varios miles se congregaron en Mallorca en la protesta más grande de la jornada, varios cientos más se reunieron en otras ciudades de España, así como en Venecia, Italia, y Lisboa, Portugal.
«Las pistolas de agua son para molestar un poco a los turistas», dijo Andreu Martínez con una sonrisa en Barcelona, después de rociar a una pareja en una cafetería. «Barcelona ha sido entregada a los turistas. Esta es una lucha para devolverle Barcelona a sus residentes».
Martínez, un asistente administrativo de 42 años, es parte del creciente número de residentes que están convencidos de que el turismo ha ido demasiado lejos en la ciudad de 1.7 millones de habitantes. Barcelona recibió 15.5 millones de visitantes el año pasado, ansiosos por ver la basílica de La Sagrada Familia de Antoni Gaudí y el paseo de Las Ramblas.
Martínez afirma que su alquiler ha aumentado más del 30% a medida que más apartamentos en su vecindario se alquilan a turistas para estancias cortas. Señaló que hay un efecto dominó en el que las tiendas tradicionales están siendo reemplazadas por negocios que atienden a turistas, como tiendas de recuerdos, locales de hamburguesas y cafeterías.
«Nuestra vida como residentes de Barcelona está llegando a su fin», expresó. «Nos están expulsando sistemáticamente».
Alrededor de cinco mil personas se reunieron en Palma de Mallorca, algunas de ellas con pistolas de agua. Los turistas que fueron blanco de los chorros de agua se lo tomaron con humor. La isla balear es uno de los destinos predilectos de británicos y alemanes que buscan tomar el sol. El lugar ha visto cómo los costos de vivienda se disparan a medida que las casas se desvían al mercado de alquiler a corto plazo.
Cientos más marcharon en Granada, en el sur de España, y en la ciudad norteña de San Sebastián, así como en la isla de Ibiza.
En Venecia, una veintena de manifestantes se reunieron frente a dos estructuras recientemente completadas y desplegaron una pancarta en la que piden frenar la ampliación hotelera. Uno de los lugares de la protesta fue en el centro histórico de la ciudad, donde los activistas dicen que la última residente, una anciana, fue expulsada el año pasado.
«Qué encantador»
En Barcelona, los manifestantes sonaron silbatos y levantaron pancartas con leyendas como: «Un turista más, un residente menos». En las puertas de hoteles y hostales pegaron calcomanías de «Autodefensa Ciudadana», en catalán, y «Tourist Go Home», en inglés, con un dibujo de una pistola de agua.
Hubo tensión cuando la marcha se detuvo frente a un gran hostal, donde un grupo vació sus pistolas de agua sobre dos trabajadores ubicados en la entrada. También encendieron petardos junto al hostal y abrieron una lata de humo rosa. Un trabajador le escupió a los manifestantes mientras cerraba las puertas del hostal.