
Primer caso mortal de peste bubónica en EE.UU. en 2024
Autoridades sanitarias investigan muerte en Arizona por enfermedad histórica.

Alerta sanitaria en Arizona por peste bubónica
Un residente del condado de Coconino, Arizona, falleció por peste bubónica, el primer caso mortal en humanos registrado en EE.UU. este año. Las autoridades sanitarias locales confirmaron el deceso, aunque no revelaron detalles sobre el contagio por respeto a la familia. La enfermedad, transmitida por roedores y pulgas, es rara en humanos pero potencialmente letal sin tratamiento. El último fallecimiento en el estado data de 2007, según registros oficiales. Los CDC reportan solo unos pocos casos anuales en el país, concentrados en el suroeste.
Autoridades minimizan riesgo de contagio humano
Patrice Horstman, presidenta de la Junta de Supervisores del condado, confirmó la muerte pero evitó divulgar información adicional. Las autoridades sanitarias locales subrayaron que el riesgo de transmisión entre personas es «muy bajo», citando que el último caso documentado en EE.UU. ocurrió en 1924. Según los CDC, la bacteria Yersinia pestis se propaga principalmente por pulgas infectadas, no por contacto humano directo. No obstante, la OMS advierte que la peste bubónica tiene una tasa de mortalidad del 30 al 60% sin tratamiento. Los síntomas incluyen fiebre alta, inflamación de ganglios linfáticos (bubones) y dolor muscular intenso.
- Riesgo sanitario: Aunque los casos son raros, la enfermedad puede ser mortal sin antibióticos tempranos.
- Impacto histórico: La peste bubónica causó 50 millones de muertes en Europa en el siglo XIV.
- Vigilancia epidemiológica: El suroeste de EE.UU. es zona endémica, con focos en Arizona, Nuevo México y California.
- Falta de vacuna: No existe inmunización disponible, lo que aumenta la dependencia de diagnósticos rápidos.
Las autoridades sanitarias de Arizona investigan el origen del contagio, aunque descartaron alertas masivas por el bajo riesgo de propagación. Se recomienda a la población evitar el contacto con roedores y usar repelente en áreas rurales. La OMS monitorea la situación, aunque no ha emitido declaraciones adicionales. El caso refuerza la necesidad de protocolos de prevención en regiones con presencia de la bacteria.