
Turismo y Economía
Entre ocurrencias y ocurrentes, rudos y tercos
Por José Cortazar Navarrete
La necesidad creativa implica siempre poder platearse aspectos que deben ir razonadas desde la innovación, desde la perpectiva de mejorar e impulsar una necesidad de mejoría.
A dos años del inicio de la administración federal y dadas las condiciones de la omisión, distancia y mínima capacidad de la autoridad para impulsar políticas públicas en materia turística, ahora la ocurrencia es realizar simulaciones de lucha libre en los destinos turísticos.
Y bueno, como lo oye usted amable lector. El gobierno federal dio a conocer que, “para impulsar” la imagen de los destinos turísticos del país se organizarán sesiones de “lucha libre” en haciendas, recintos arquitectónicos, zonas arqueológicas, Pueblos Mágicos, ciudades capitales y sitios nombrados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Ya hace algún tiempo, los puristas responsables de protección del Patrimonio Histótico como las zonas arqueológicas reclamaban cuando el célebre Jorge Esma Bazán organizaba eventos en Chichen Itzá y Uxmal.
En buen tiempo se presentaron en la milenaria Chichen Itzá: Luciano Pavarotti en 1997; Plácido Domingo y Armnando Manzanero en 2008; la soprano Sarah Brightman en 2009; Elthon John en 2010 y ocho años después, Armando Manzanero y sus acompañantes hiceron otro evento en la milenaria urbe maya, lo que ocasionó que la gota rebasara el vaso y el INAH reclamara que, “los sitios arqueológicos no son el espacio para eventos musicales”.
También en 2010, en Uxmal, a los pies del edificio del adivino, se presentó la Orquesta Filarmonica de la UNAM, en un concierto muy comentado y aplaudido. Pero esos eran otros tiempos, cuando los espectáculos se colmaban de esplendor y artistas de alta gama.
Ahora, quizá por la devaluación, la Secretaría Federal de Turismo pretende “realzar” la imagen de los destinos turísticos con eventos de simuladores, disque deportivos, negocio al fin, para llevar a una empresa a “levantar” la presencia turística.
El objetivo, según se argumenta, es convertir a los luchadores “en embajadores del turismo”.
El titular de la Sectur ha tenido otras ocurrencias, pero, hay de ocurrencias a ocurrencias, decía mi abuelita.
Es menester decir también que, el gobierno federal ha negado todo apoyo a la promoción turística y cada estado y cada sitio turístico, se rasca con sus uñas y como puede. Sin embargo, no es necesario hacer tanta alharaca si no es necesario.
Llevar este tipo de eventos a los destinos turísticos, como referente de una identidad turística creo que dista mucho de una valoración razonada.
La denominada lucha, no tiene ningún punto cercano o coincidencia con la arqueología, con el patrimonio histórico, con la identidad de las haciendas, con las playas o pueblos mágicos, que son los espacios de mayor presencia turística de México.
La condición de pensar que, serán “embajadores turísticos” manifiesta una desesperada manera de hacer negocio, a costa de la importancia y la calidad de estas ciudades y recintos.
El titular de Sectur pretende “impulsar un nuevo modelo de turismo”. Será importante saber cual será la reacción del INAH y qué gobiernos, alcaldes y propietarios, se prestarán al juego de vender el valor de sus sitios turísticos en aras del negocio de Torruco.
Mal y de malas, no solo no hacen nada por mejorar la situación de las empresas, sitios turísticos y recuperación de empleos en el sector, sino que, entre ocurrencias y ocurrentes quieren profanar los destinos turísticos del país a costa de sus ambiciones …veremos si los técnicos o los rudos le quitarán la máscara a Torruco.