Turismo y Economía
Por José Cortazar Navarrete
He insistido en preguntar de manera abierta, ¿qué ha aprendido la sociedad en diez meses de pandemia? ¿cuál ha sido el aprendizaje para la población? ¿han logrado darse cuenta de la magnitud de la situación mundial por el impacto económico, cultural, político, religioso que marcará a la humanidad por este tiempo? Y la respuesta hasta ahora sigue siendo la misma, nada.
La sociedad yucateca es reacia a comprender el alcance y la descomunal condición que está doblando los intereses, proyectos, anhelos del plantea en su conjunto por el avance de este virus, que ha puesto de rodillas al sistema económico, ha dejado a millones de personas sin empleo y ahora vive una pugna por encontrar vacunas.
Hemos dicho en esta columna que el turismo y el sector de los servicios ha sido una de las más golpeadas por esta emergencia sanitaria mundial. Los países industrializados y el grupo de naciones emergentes han tenido que replantearse cada paso y cada medida rumbo a buscar una posible salida y construir una alternativa para recuperar cada rubro económico lastimado.
Es cierto que en esta país las políticas públicas han sido vacías, que la dirección y el sentido del gobierno ante esta pandemia han sido erráticas, muy cuestionadas y que el daño social es verdaderamente crítico con más de 150 mil vidas que ha cobrado este virus.
Pero, aún con la información y todos los argumento que se han dado, hay sectores de la sociedad que buscan una respuesta al porqué sus negocios no están funcionando como antes.
En los últimos días conocimos de eventos sociales donde se rompieron las reglas y protocolos sanitarios en eventos multitudinarios, exacervando las condiciones y los términos que se exigen tras la declaracion de la emergencia sanitaria hace 10 meses. El problema es tratar de entender la situación y reaccionar con sentido común.
Las fiestas no son indispendables por ahora, los eventos exigidos tienen límites y las condiciones para su realización también integra un riguroso protocolo que debe de mantenerse. Pero todo ello aun no es respuesta para quienes exigen que sus negocios funcionen, la sociedad sabe que, si nadie te ve y nadie se entera, se puede realizar.
En situación, el gobierno responde, multa y clausura. Luego vienen los agravios porque la autoridad cumple con la ley. Entonces, seguimos sin aprender nada de esta cuestión.
Porque unos y no otros, porque ellos abren y nosotros no podemos, reclaman airados, nuestros negocios también son importantes, aducen.
El problema es que, una vez más son intereses personales y no respuestas responsables. Esta claro que esta emergencia sanitaria nos está obligando a replatenar cada aspecto de nuestra vida, está claro que, no solo está pasando en Yucatán, sino en todo el planeta.
La sociedad en su conjunto en otras latitudes está tratando de resolver las condiciones adversas para cara renglón económico. Algunos negocios subsistirán, otros quizá se renovarán y otros más viablemente desaparecerán. La cuestión es anticiparse y resolver con ingenio, creatividad y mucha capacidad este entramado que ha puesto contra la pared a las empresas.
Seguimos buscando soluciones sin replanter de manera seria qué nos espera al salir de esta emergencia, una cosa está clara, nada será como antes, ni en Yucatán, ni en resto del planeta, o lo superamos o nos quedaremos discutiendo por más de lo mismo, para que lo mismo se siga haciendo peor…veremos.
José Cortazar Navarrete Reportero jcn1000@gmail.com Mérida, Yuc.