
WASHINGTON, DC – Si bien el precio del petrĂ³leo ha bajado en las Ăºltimas semanas, todavĂa sigue estando muy alto y se traslada a los precios de la gasolina, causando desafĂos econĂ³micos y polĂticos en Estados Unidos, el Reino Unido Europa y otros paĂses del mundo. Una mayor oferta de Rusia reducirĂa los precios, pero los ingresos de esas ventas adicionales alimentarĂan la mĂ¡quina de guerra del presidente Vladimir Putin.
A ese problema se le suma una nueva ronda de sanciones europeas que apuntan a las importaciones de petrĂ³leo ruso para fin de año. Esas sanciones podrĂan hacer subir aĂºn mĂ¡s los precios, provocando, potencialmente, una recesiĂ³n global.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha propuesto una soluciĂ³n: permitir que Rusia siga exportando petrĂ³leo, pero imponer un tope al precio que Rusia puede cobrar. Esto ayudarĂa a mantener controlados los precios del petrĂ³leo a la vez que se garantizarĂa que Estados Unidos y sus aliados no estĂ©n financiando la agresiĂ³n en curso de Rusia contra Ucrania.
Yellen viene intentando venderles el plan a los lĂderes mundiales, y el comunicado de los lĂderes del G7, a fines de junio, expresaba una buena recepciĂ³n a la idea. Los detalles todavĂa son poco claros, pero el plan interrumpirĂa las exportaciones marĂtimas rusas al negarles a los exportadores de petrĂ³leo rusos el seguro que necesitan para asegurar a los buques petroleros –es decir, a menos que Rusia acepte vender su petrĂ³leo al precio topado-. Sin un seguro, los buques que transporten las exportaciones de petrĂ³leo ruso no podrĂan acceder a vĂas navegables internacionales que son cruciales.
El Reino Unido y Europa estĂ¡n en condiciones de ejercer una presiĂ³n considerable. SegĂºn el Centro de InvestigaciĂ³n en EnergĂa y Aire Limpio, el 68% de los embarques de petrĂ³leo crudo ruso esta primavera dependĂa de barcos de la UE, del Reino Unido y de Noruega. Casi todos los buques petroleros estaban asegurados en el Reino Unido, en Noruega o en Suecia.
Si todo sale segĂºn el plan, Rusia seguirĂa vendiendo el petrĂ³leo, porque el precio mĂ¡ximo se fijarĂa por encima del costo marginal de producciĂ³n. A este precio, desde un punto de vista econĂ³mico, serĂa sensato que Rusia siguiera produciendo, pero le quedarĂan escasas ganancias para seguir financiando la guerra. Y el petrĂ³leo adicional que se exportara desde Rusia ejercerĂa una presiĂ³n a la baja sobre los precios globales.
Por supuesto, puede que no todo salga segĂºn el plan. Rusia podrĂa vengarse recortando sus exportaciones de petrĂ³leo o gas natural, infligiĂ©ndoles un daño severo a muchos aliados estadounidenses y mercados globales. Rusia apostarĂa a poder soportar la penuria econĂ³mica por mĂ¡s tiempo que los paĂses que dependen de sus exportaciones de energĂa. O Rusia podrĂa evadir el precio topado y vender su petrĂ³leo a paĂses amigos por un precio superior al tope pero inferior al precio en el mercado abierto. Algo similar ya estĂ¡ sucediendo bajo el rĂ©gimen de sanciones existente: China e India, por ejemplo, estĂ¡n comprĂ¡ndole petrĂ³leo a Rusia con un descuento de alrededor de 30 dĂ³lares por barril. Y los beneficios del precio mĂ¡ximo podrĂan ir a parar a los refinadores y no a los hogares.
En cualquier caso, deberĂa implementarse el tope. Al no producir, Rusia podrĂa infligir un daño duradero a sus pozos de petrĂ³leo, lo cual intentarĂa evitar. De la misma manera, Rusia se mostrarĂa reacia a quemar su gas natural en lugar de venderlo. Rusia puede tomar represalias, pero un control mĂ¡s estricto de los ingresos energĂ©ticos rusos les da a los paĂses occidentales mĂ¡s municiones para responder, no menos. Efectivo a cambio de paz.
Aun si el tope no reduce demasiado los precios de la gasolina o aun si algunos paĂses –como China e India- se niegan a respetarlo, de todas maneras, ejercerĂa una presiĂ³n a la baja sobre el precio del petrĂ³leo y reducirĂa el riesgo de que la prĂ³xima ronda de sanciones europeas puedan causar un shock de los precios de la energĂa que haga retroceder a la economĂa global.
La negativa a otorgarle a Rusia un seguro necesario podrĂa usarse con mĂ¡s audacia que solo para implementar un precio mĂ¡ximo. Estados Unidos, el Reino Unido y la UE podrĂan imponer requerimientos adicionales a los paĂses que quieran comprar petrĂ³leo ruso a cambio de permitir que las aseguradoras avalaran la carga de los buques petroleros. Asimismo, se podrĂan aplicar condiciones similares al financiamiento necesario para que Rusia exporte petrĂ³leo.
Una idea que vale la pena explorar serĂa exigirles a los paĂses que compren petrĂ³leo ruso con el tope mĂ¡ximo que impongan un arancel. Parte del ingreso de este impuesto se podrĂa enviar a Ucrania para ayudar en la reconstrucciĂ³n.
En Estados Unidos, esto exigirĂa que el Congreso revisara su prohibiciĂ³n a las importaciones de petrĂ³leo ruso. ImplicarĂa un inmenso reto polĂtico para la administraciĂ³n del presidente Joe Biden, y tambiĂ©n para otros gobiernos.
Pero permitirĂa que el precio mĂ¡ximo impulsara tres objetivos, no solo dos: mantener el flujo de petrĂ³leo ruso para evitar un shock petrolero como consecuencia de las sanciones inminentes de la UE, impedir que la venta de ese petrĂ³leo financie la guerra en Ucrania y utilizar petrĂ³leo ruso relativamente barato para brindar una compensaciĂ³n parcial a Ucrania para abordar el daño que ha causado la guerra brutal de Putin.
Fuente: el economista
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