José Cortazar Navarrete.- Mérida, Yuc, 23 de sept. – La volatilidad de los precios de los alimentos e insumos básicos de primera necesidad para el yucateco, el alza de energéticos, combustibles y energía eléctrica y los altos costos de materias primeras mantendrán el efecto inflacionario al alza lo que resta de 2022 y se espera que se prolongue por todo 2023, afirmó Santiago Pérez Arjona, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Señaló que, en el último trimestre del año, los precios de los productos de la canasta básica continuarán incrementándose sobre en Yucatán. Esto, repuso, establece un arranque de 2023 mucho más complicado, primordialmente porque el salario mínimo que subió en enero, se diluyó en febrero y los problemas económicos entre las familias con salarios más bajos se agudiza.
El presidente de IMEF argumentó que, este efecto inflacionario que en agosto fue de 8.1 por ciento en el estado, obliga a un impacto más alto en las necesidades prioritarias de las personas que ganan menos de 6 mil 500 pesos, que es una gran parte de la población que trabaja en el sector de servicios -comercio y turismo-.
El especialista yucateco en temas financieros adelantó que, se espera que las tasas de interés sigan a la alza y se mantenga un crecimiento económico moderado. Este problema complica aun más las condiciones de las personas que utilizar tarjetas de crédito para cubrir sus gastos indispensables y se adeudan, lo que es crítico, debido a la carestía del crédito con las tasas de interés que ha elevado el Banco de México.
La previsión apunta a que, el Producto Interno Bruto del país será de 1.9 por ciento, lo cual, quedaría por debajo del crecimiento potencial y no alcanzaría para lograr los avances en bienestar que requiere la población. Lo que se refleja de manera directa en el bolsillo de las familias que trabajan y dependen de un salario fijo.
También señaló que el cierre del año se perfila como un periodo de elevada inquietud y volatilidad en los mercados financieros internacionales, ya que ocurrirán definiciones en distintos frentes que determinarán el desempeño de la economía nacional.
El dirigente del IMEF Yucatán mencionó que, la inflación esperada volvió a aumentar para colocarse por arriba del 8 por ciento, lo que no se observaba en dos décadas, y con un sesgo todavía a la alza.
“El mes pasado creíamos que la inflación iba a estar en un 7.9 por ciento anual, cerramos en un 8.1 por ciento, lo cual es una inflación muy elevada que no se había observado en dos décadas y lo interesante es que todavía tienes indicadores que pueden ir al alza, son muy volátiles”, resaltó.
En ese sentido, indicó que esos sesgos de suma volatilidad, que pueden mantenerse con una tendencia a elevarse, son los tipos alimentarios y los energéticos. “Todos los temas de alimentos y agropecuarios van con una volatilidad muy acelerada, y este es un principal indicador que muestra que la inflación no se detiene, que no da tregua, así también tenemos todavía el conflicto entre Rusia y Ucrania que no se resuelve, además de temas como los energéticos que siguen con tendencia alcista”, explicó.
La inflación pronosticada para 2023, adelantó, se incrementa en relación con la encuesta previa, a 4.8 por ciento, que si bien resultaría una baja considerable respecto a la inflación del 2022 sigue estando lejos de la meta oficial del 3 por ciento, además de que se mantiene al alza.
De igual forma, mencionó que la tasa de interés de referencia monetaria para el cierre del año aumenta respecto a la encuesta previa, para ubicarse ahora en 9.75 por ciento, mientras que el tipo de cambio esperado para el cierre del año se redujo marginalmente a 20.80 pesos por dólar.
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