José Cortázar Navarrete.- Mérida, Yuc. 10 de enero. – Para el especialista económico Jonathan Heath, vicegobernador del Banco de México, las probabilidades de que México caiga en recesión en 2023 son altas. Según los indicadores económicos, Estados Unidos reducirá su crecimiento en este año y eso afectará de manera directa las exportaciones, lo que podría llevar a una desaceleración en crecimiento e incluso a la recesión.
El economista ofreció una conferencia este día en Mérida ante empresarios afiliados al Consejo Coordinador Empresarial (CCE-Yucatán) donde destacó que, si bien, al cierre de 2022 hay buenas noticias para el país que logró reducir sus estimados de inflación, hay signos evidentes de que México tiene una economía ‘sobre calentada’.
Jonathan Heath sostuvo que, las condiciones económicas inflacionarias que han afectado de manera global son producto de la pandemia, ya que, durante dos años se presentaron problemas críticos con el cierre de empresas, detención de suministros, problemas de sobre oferta de productos y reducción de demanda de servicios, lo que derivó en problemas logísticos muy complicados que se han ido resolviendo.
Desde la visión económica, la afectación global es que, aún no se recuperan las condiciones de equilibrio y crecimiento económico que tenían las potencias económicas en 2019. Argumentó que, 2021 y 2022 las potencias económicas lograron recuperarse y alcanzar mejores condiciones, aun no se logran los niveles de satisfacción que se alcanzaron previo a la pandemia.
Dijo que, 2023 será un año de crecimiento para México, con un estimado de 3.1, lo que permitiría regresar a las cifras que se marcaron en 2019; sin embargo, será insuficiente, debido a los tres años perdidos económicamente por los efectos de la pandemia del Covid. Agregó que, se espera que, para este año, la tasa inflacionaria del país sea menor al 4 por ciento, reduciendo a la mitad la que se reportó en 2022 de 7.82 puntos.
En los próximos meses, apuntó, el Banco de México elevará nuevamente a tasa de referencia del interés que cobran los bancos superando los 10 puntos, lo que obliga a encarecer el crédito, pero, siguiendo la ruta que aplica el Banco Central de Estados Unidos, lo que podría motivar una reducción de la demanda de servicios y con ello, una reducción en las exportaciones y desacelerar la oferta de productos.
El especialista sostuvo que, si bien la política monetaria en México es fuerte, por que aplicó medidas antiinflacionarias como sucedió con los carburantes, la condición con respecto a otros países es mucho más débil, debido a que esos países respondieron sobre la exigencia a sus necesidades y la afectación de la crisis a sus economías sería mucho menor.
Puso como ejemplo el hecho del subsidio a la gasolina que el gobierno aplicó de manera directa al consumidor, cuando los precios internacionales de las gasolinas eran altas, ahora que, los precios de los combustibles bajaron, México no podrá modificar las condiciones de precios al consumidor, lo que causará un daño al erario muy alto, señaló.
Añadió que, la pandemia modificó los patrones de consumo de la población y en algunos casos, productos y servicios que antes tenían mucha demanda, ahora han sido desplazados y eso motiva a pérdidas económicas o cambios en la exigencia del usuario con respecto a productos tradicionales que antes tenían mercado y crecimiento.
Recalcó que, el problema de México continúa siendo la precariedad laboral y argumentó que, ahora mucha gente tiene empleo, pero éstos son mal pagados o salarios muy bajos, lo que no permite que amplios sectores de la población puedan mejorar sus condiciones de vida y alcanzar mejores niveles de consumo, mencionó,
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