

Recientemente, la NASA ha compartido datos reveladores sobre un fenómeno intrigante que ha dejado a los científicos perplejos y a la población mundial asombrada. Según la agencia espacial, el 56% de la superficie marina global ha experimentado un cambio significativo en su color en las últimas dos décadas.
La hazaña de descifrar este misterio se logró mediante el uso del Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS), un instrumento a bordo del satélite Aqua de la NASA. Al analizar estos datos, los científicos observaron un cambio notorio en el color del océano, revelando que gran parte de este fenómeno se atribuye a un tono más verde que ha abrazado las vastas extensiones marinas. Pero, ¿por qué cambiaría el color del océano?
La NASA nos ofrece una fascinante perspectiva al explicar que el color de la superficie del océano sirve como indicador del ecosistema submarino. En este caso, la transformación del tono del agua revela alteraciones en las comunidades de fitoplancton, microscópicos organismos que realizan fotosíntesis y desempeñan un papel vital en la red alimentaria acuática y en el ciclo del carbono. Este cambio cromático confirma las expectativas asociadas con el cambio climático y señala modificaciones en los ecosistemas que constituyen el 70% de la superficie terrestre: nuestros océanos.
El enfoque del estudio se centró en las regiones tropicales y subtropicales, excluyendo las latitudes más altas y las aguas costeras para obtener resultados más precisos y fiables. Los investigadores descartaron de inmediato la posibilidad de que los plásticos o contaminantes fueran los responsables de este cambio, ya que no se encuentran lo suficientemente extendidos como para afectar a gran escala.
El equipo liderado por Cael detectó una tendencia en el color del océano que, aunque predicha por modelos climáticos, se esperaba que llevara de 30 a 40 años de datos para ser confirmada. No obstante, un nuevo método que incorpora toda la luz visible proporcionó resultados sólidos, validando la tendencia en un período de solo 20 años.

Ahora, es dificil precisar los cambios ecológicos exactos que son responsables de estas nuevas tonalidades. A pesar de ello, los científicos sugieren que podría ser el resultado de diversas combinaciones de plancton y partículas detríticas, así como la posible intervención del zooplancton. La información actual no proporciona respuestas definitivas sobre los cambios específicos, pero nos invita a explorar los misteriosos dominios submarinos con un sentido renovado de asombro y curiosidad.
Lo que sí sabemos es que, en las últimas dos décadas, nuestros océanos se han vuelto más estratificados, esto quiere decir que las aguas superficiales, responsables de absorber el exceso de calor generado por el clima cálido, son ahora menos propensas a mezclarse con las capas más profundas y ricas en nutrientes. Este cambio en la estratificación favorece la proliferación del plancton adaptado a entornos pobres en nutrientes, sugiriendo una conexión intrigante entre la temperatura del océano y el vibrante cambio de color que hemos presenciado.
Enséñame de ciencia.