
Durante miles de años, la humanidad ha querido encontrar la respuesta a muchas de sus tantas preguntas que se ha planteado y que le den un significado de nuestra existencia, así como dilucidar de una vez por todas de dónde venimos. Recientemente, la NASA ha alcanzado un hito extraordinario que no solo representa un logro para la agencia espacial estadounidense, sino también un paso significativo en nuestra comprensión del cosmos.
Hablamos de la apertura oficial del cofre que albergaba las valiosas muestras del asteroide Bennu recolectadas por la sonda OSIRIS-Rex el año pasado. Este proceso meticuloso fue llevado a cabo por el equipo de conservación de astromateriales del Centro Espacial Johnson de la NASA, quienes desmontaron el cabezal del muestreador con cuidado, revelando así el contenido celestial que tanto había intrigado a científicos y entusiastas por igual.
Las imágenes compartidas recientemente por la agencia espacial en su cuenta de X (antes Twitter), nos permiten apreciar los restos de esta roca espacial, brindándonos un vistazo único a lo que podría considerarse un tesoro extraterrestre.
Pero, ¿por qué es tan relevante la recolección de muestras del espacio exterior?
La respuesta a esta pregunta radica en la invaluable información que estos fragmentos del espacio pueden proporcionar sobre los orígenes de nuestro sistema solar y la formación de los cuerpos celestes que lo componen y por qué no, de la respuesta a nuestra propia existencia.
El trabajo resulta impresionante, ya que la sonda OSIRIS-REx no solo ha superado expectativas al recolectar más de 70 gramos de material del asteroide Bennu, superando el objetivo inicial de 60 gramos, sino que también ha demostrado la capacidad de la humanidad para alcanzar y tocar, de manera literal, los rincones más remotos del espacio. Este material recogido incluye tanto polvo cósmico como rocas de aproximadamente un centímetro, proporcionando a los científicos una variedad de elementos para estudiar y analizar.
El proceso de desmontaje del cabezal del muestreador OSIRIS-REx no fue tarea fácil. El equipo enfrentó desafíos técnicos cruciales, como la eliminación de sujetadores que obstaculizaban la apertura del mecanismo de adquisición de muestras Touch-and-Go (TAGSAM). Este paso era esencial para acceder a las muestras del asteroide y permitir un análisis detallado.
Enséñame de ciencia.
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