
Eduardo May.- Mérida, Yuc. 27 de enero. – El desarrollo de aldeas inteligentes está marcando un hito en Yucatán al llevar conectividad y herramientas digitales a las comunidades más alejadas. En los últimos 3 años, unas 3 mil 500 micro y pequeñas empresas locales se han sumado a las tareas del comercio electrónico, Mipymes primordialmente del medio rural.
Carmen Díaz Novelo, subsecretaria estatal de Tecnología e Innovación, de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología E Innovación (Secihti) explicó que este proyecto busca humanizar la tecnología, permitiendo a bordadoras, agricultoras, prestadores de servicios turísticos y pescadores acceder a nuevas oportunidades económicas y mejorar su calidad de vida.
Con el apoyo de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT), estas aldeas garantizan acceso a internet en zonas rurales, lo que ha permitido a mujeres bordadoras comercializar sus productos fuera de sus localidades y a emprendedoras fabricantes de salsas y productos derivados del chile habanero conectar con mercados estatales y nacionales. En este momento, se han incluido cooperativas que trabajan miel y bisutería, abundó.
El impacto de esta conectividad no se limita a un sector. Productores de miel, limón y hortalizas también han logrado mejorar sus procesos y ampliar su alcance comercial a través de mecanismos de comercialización a través de las redes sociales y del denominado comercio electrónico.
Sin embargo, el proyecto no solo consiste en infraestructura tecnológica, la Agencia de Transformación Digital, junto con investigadores y expertos, trabaja de la mano con las comunidades para identificar necesidades y crear soluciones específicas, además de ofrecer capacitación en el uso de las herramientas digitales.
Otro pilar del proyecto es la vinculación con la Secretaría de Economía y Trabajo, que repalda este esfuerzo a través del Instituto Yucateco del Emprendedor que está vinculando a cooperativas de pescadores, agricultores y ganaderos. Además de capacitarlos en tecnología, se les sensibiliza sobre la sostenibilidad, como respetar vedas o prevenir la erosión, y se les apoya en la comercialización justa de sus productos.
Es importante establecer que, estas actividades se intensifican durante la temporada de veda de las especies marinas más importantes, aprovechando las condiciones para que, las 17 mil familias que viven de la pesca ribereña tengan un sustento y puedan crecer diversificando sus actividades económicas, generando derrama para los poblados donde radican, comentó.