
El maltrato y la crueldad contra los animales no son solo el daño que se causa a esas especies, sino que también son señales alarmantes de problemas sociales más profundos, advierte la veterinaria forense Sara Patricia Chagolla Morales.

Para la especialista, en un alto porcentaje de los casos de maltrato se encuentran antecedentes de violencia intrafamiliar. “El abuso contra los animales muchas veces se convierte en la antesala de actos violentos contra otros seres humanos”.
En Yucatán, donde se han registrado más de 600 casos de maltrato y crueldad animal en los últimos años, las cifras son alarmantes.
De acuerdo con la veterinaria, estos actos no pueden separarse de otros problemas sociales, como la depresión y el suicidio. “El maltrato refleja un descontrol emocional o una afectación psicológica en quienes los cometen. En los niños, muchas veces es un reflejo de lo que viven en casa”.
La falta de atención a los casos de crueldad animal ha sido debido a la corrupción y la priorización de otros delitos, selala. “Los recursos se destinan a la atención de delitos como asesinatos o secuestros, dejando de lado lo que podría ser una medida preventiva. Si se atendieran los casos de maltrato animal, se podrían identificar y prevenir otros problemas sociales graves”, subraya.
La doctora Chagolla considera que a últimas fehas el papel del médico veterinario forense ha adquirido relevancia crucial en la lucha contra el maltrato animal.
Ante una tarea titánica
La veterinaria forense Sara Patricia Chagolla Morales destacó los retos, la importancia de la capacitación y del trabajo conjunto entre sociedad y gobierno para proteger a los animales.
“Hace nueve años la veterinaria forense estaba en pañales en México. Inicié este camino tras un caso de envenenamiento masivo de vacas en Michoacán, donde nadie quería intervenir por tratarse de un conflicto entre familias”, compartió la doctora.
“Desde entonces, descubrí la necesidad de especialización en esta área y el enorme impacto que tiene en la justicia penal”.
Actualmente, el peritaje en veterinaria forense juega un papel esencial en el sistema de justicia penal acusatorio, aportando pruebas científicas en casos de maltrato o crueldad animal.
“Un dictamen mal elaborado puede llevar a la cárcel a un inocente o dejar en libertad a alguien que representa un peligro social”.
Consciente de la falta de conocimiento tanto en servidores públicos como en la sociedad, la doctora resaltó la importancia de los foros de capacitación.
Es crucial saber la distinción entre querella y demanda. “La diferencia entre una querella y una demanda radica en que la primera se utiliza en el ámbito penal para denunciar delitos, como el maltrato animal, permitiendo que el denunciante participe activamente en el proceso, mientras que la segunda corresponde al ámbito civil o administrativo y busca la reparación de daños”, explicó.
“Ante casos de crueldad animal, el protocolo incluye documentar el maltrato con evidencia, presentar una denuncia penal o aviso a instancias protectoras, solicitar el rescate del animal si está en peligro y dar seguimiento legal al caso. Es crucial fomentar la educación y la denuncia para prevenir futuros abusos”, enfatizó Sara Chagolla.

Aviso inmediato
Si un animal fallece debido al maltrato, la especialista recomendó avisar de inmediato a la Fiscalía, que debería enviar a sus peritos para investigar el caso como si fuera una muerte humana.
Sin embargo, advirtió que debido a la sobrecarga de trabajo no siempre se tiene la respuesta adecuada, lo que deja a las víctimas animales sin justicia.
La doctora Chagolla recalcó la importancia de contar con evidencia clara y precisa en los casos de maltrato o crueldad animal para garantizar que se haga justicia.
“La documentación del maltrato con fotografías, vídeos o cualquier otro tipo de prueba es fundamental para que el caso sea considerado seriamente por las autoridades y no quede impune”, subrayó.
En caso de que no haya acceso inmediato a los servicios de la Fiscalía, la recomendación es tratar de preservar el cuerpo del animal. “Puede proporcionar pruebas cruciales, por lo que es vital que no se altere hasta que los peritos puedan investigarlo”, explicó la veterinaria forense.
El ataque de animales a personas también es un tema complejo, y la justicia nunca debe aplicarse por mano propia. Un claro ejemplo ocurrió hace algunos años, cuando un perro fue asesinado a machetazos por una venganza de lo que se pensó fue una mordedura. La respuesta ante tales hechos debe estar basada en un proceso legal, no en la venganza.
En muchos casos, explicó la agresividad de los animales proviene de situaciones de maltrato previo o de defensa propia, como ocurrió en el caso de un perro que atacó a una persona tras ser pateado.
Actuar violentamente hacia el animal en respuesta a un daño percibido, sin pruebas claras y sin un debido proceso legal, solo perpetúa la violencia y no soluciona el problema. Las autoridades son las encargadas de investigar y aplicar la ley, no las personas.
“La justicia debe ser imparcial, la ley existe para evitar que actitudes vengativas se apoderen de la resolución de conflictos, ya que solo alimentan un ciclo de abuso que afecta tanto a los seres humanos como a los animales”.
Para la doctora Chagolla, la lucha ya no se trata solo de alzar la voz, sino de actuar. “No podemos seguir esperando que las autoridades resuelvan todo. Todos debemos hacer nuestra parte”.
A pesar de los avances, la batalla contra el maltrato animal sigue siendo una tarea titánica que requiere el esfuerzo conjunto de la sociedad, las autoridades y los profesionales.
“Como sociedad tenemos un rol fundamental. No se trata solo de exigir, sino de actuar desde nuestro metro cuadrado. Es un trabajo en equipo. El cambio comienza con la educación y la acción. Tenemos los elementos y las ganas, ahora es momento de usarlos”, dijo la experta.— Sofía Vital Chablé