Quintana Roo/marzo.- (NewsdayCaribe/Adriana Varillas).- CancĆŗn, Playa del Carmen y Tulum, los tres centros turĆsticos del Caribe Mexicano, son objeto de un diagnóstico elaborado por consultores internacionales de laĀ Tourism & More Inc., queĀ evaluaron como vacacionistasĀ la experiencia en materia de seguridad, vialidad, infraestructura y costos que experimentan los visitantes durante su estadĆa.
De los tres, Tulum fue el destino vacacional peor evaluado, debido a su falta de accesibilidad a la playa, la sensación de inseguridad, desorden urbano y altos costos, adelantó Peter E. Tarlow, fundador de la consultora especializada que asesora a destinos turĆsticos, gobiernos y empresas para mejorar la experiencia del turista, mientras implementan estrategias de seguridad y prevención de crisis.
Peter, con amplia trayectoria en materia de seguridad turĆsticaĀ en 48 paĆses y su equipo trabajan en colaboración con la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia, para elaborar un diagnóstico ācomo si fuera un examen mĆ©dicoā, sobre CancĆŗn, Playa del Carmen y TulĆŗm
El documento serĆ” entregado en breve, junto con un bloque de recomendaciones para encontrar soluciones.
En el recorrido participaron tambiĆ©nĀ Richard āun ex agente de policĆa estadounidenseĀ con 25 aƱos de experiencia, especializado en narcotrĆ”ficoā yĀ Manuel, un consultor con experiencia en seguridadĀ en destinos como Acapulco, la capital y Zacatecas, quienes forman parte del equipo encubierto que vacacionó del 26 de enero al 6 de febrero en estos polos turĆsticos de Quintana Roo.
Los expertos compartieron información preliminar de lo observado aquĆ, con la intención de estudiar los desafĆos y abonar a la seguridad y la construcción de la paz en Quintana Roo.
El caótico Tulum
Como se mencionó, de los tres polos vacacionales, el que peor resultados arrojó fue Tulúm.
Las razones que expusieron fueron diversas: El caos urbano en la zona turĆstica de ese municipio impide una delimitación entre lo vial y lo urbano, lo que se traduce en que bicicletas, motos, automoviles, camionetas, transporte urbano, empleados, habitantes y turistas conviven en una vialidad angosta, con apenas dos carriles, lo que representa un riesgo para la seguridad del peatón
Yo creo que es un carril, solo, pero la gente va en dos sentidos, con las motociletas entre los coches, entre las bicicletasā, mencionó.
La ausencia de iluminación en la calle principal y los espacios pĆŗblicos āsostuvo Peterā genera una sensación constante de inseguridad, incluso, sin la presencia de una amenaza real.
āSi no hay iluminación, si es una calle principal estrecha con los coches y motocicletas, asĆ. Entonces, primero, yo tenĆa miedo de simplemente caminar, no que alguien iba a matarme. Simplemente yo no sĆ© si un motorista no me ve.
āCosas malas pasan en la oscuridad. TambiĆ©n cosas buenas, pero cuando no puedes ver, simplemente te sientes incómodoā, manifestó.
Sobre el tema, Richard aƱadió:Ā
āA pesar de mi formación (como policĆa), no me sentĆ seguroā.
La descripción hecha por los consultores fue confirmada durante un recorrido realizado por NewsDay Caribe ayer.
La playa pĆŗblica que precede a la entrada de la zona turĆstica se percibe, prĆ”cticamente, como una cantina, en donde abunda la ingesta de alcohol, con personas bebiendo cerveza, muchos de ellos, trabajadores que comparten espacio con familias e infancias.
El trƔnsito vehicular es un problema permanente. Circulan al mismo tiempo automoviles, vans, camiones, personas en bicicleta, motos y cuatrimotos en la angosta vialidad, por donde transitan personas a pie, a riesgo de ser atropelladas.
AĆŗn cuando el ambiente parece relajado, se percibe amenazante a momentos. La policĆa municipal aparece poco, pero se pudo observar presencia militar, que mas que infundir tranquilidad, resulta inquietante.
Hospedaje mĆ”s caro que en Nueva York o ParĆs
En cuanto a nivel de gasto, Peter resaltó que los restaurantes y hoteles āque pretenden combinar la sofisticación y lo ecológicoā son bellisimos, pero ācarĆsimosā, acotó Peter.
āYo dirĆa que es mĆ”s caro estar una semana en Tulum, que en Nueva York o ParĆs. Los hoteles eran caros, no son muy lujosos de los que hemos visto, es fantĆ”stico, pero son caros. Comer por menos de 300 pesos es muy dificil y no estoy hablando de una comida, sino de un sandwich o algo asĆā, describió.
La anarquĆa que se vive con los taxistas y el abuso de sus tarifas tambiĆ©n salió a relucir. El consultor comentó que por un trayecto de 12 kilómetros les cobraron 700 pesos, cuando el costo en la Ciudad de MĆ©xico serĆan 50 pesos o en Washington D.C. 20 dólares, que es capital internacional.
āLos taxistas son algo muy especial allĆ” (en Tulum) eso da una impresión terribleā, criticó, respecto al tema.
Sin accesos pĆŗblicos a las playas
Otro factor negativo de Tulum fue la dificultad para acceder a sus playas, pues el ingreso se encuentra controlado por los centros de hospedaje, a diferencia de Cancún o Playa del Carmen, donde hay accesos públicos, resaltó Manuel.
Si yo tengo la desfortuna o desgracia de estar en un hotel que no tenga playa, no tengo forma de accesar a la playa, a menos que me vaya hasta el inicio donde se llama la playa Mirador, que es un tramo de playa de aproximadamente 50-60 metros, porque la otra parte son piedras, no hay forma de ingresar a la playa.
āEntonces, si voy a un destino turĆstico de playa y no puedo ingresar a la playa, es un poquito complicado.ā, consideró.
Richard abordó el acoso de las y los vendedores ambulantes en las playas, pero también la evidente oferta de drogas.
āLos vendedores ambulantes son demasiado insistentes y a veces pueden traer drogasā, dijo.
Parque Jaguar, el triple cobro
Un aspecto que calificaron como desconcertante, confirma las crecientes denuncias de pobladores locales en torno a los triples costos para acceder a las playas, a la zona arqueológica de Tulum y al Ćrea Natural Protegida Parque Nacional Tulum y Parque Jaguar.
a primera anotación es que falta información sobre cómo funciona el mecanismo de cobro.
āTiene uno que pagar el acceso al Parque. Aparte tiene que uno hacer una reserva a uno de los lugares que estĆ”n en el Parque. Pero, ademĆ”s, si te descuidas, te venden el boleto del Tren Maya y te venden el transporte de ahĆ al Tren Maya, transporte que nunca sale, porque nos pasó y tuvimos que andar corriendo.
āLlegamos 20 minutos antes, casi nos deja el tren, porque hay que estar una hora antes. Pero nadie nos informa. Pero nadie nos dijo. O sea, eso no nos dijo el del torniquete para ya accesar a la terminalā, describió Manuel.
Si bien destacó que muchas personas fueron amables y cĆ”lidas, percibieron el tendiente interĆ©s de comerciantes para āexprimir dineroā al turista, sobre todo si se trata de vacacionistas extranjeros.
āMucha gente era simpĆ”tica, amable, pero querĆan conseguir el dinero mĆ”ximo de ti y nunca sabrĆa si ellos van a identificar a la persona porque quieren dinero, su dineroā, expresó Richard.
SeƱaló que despuĆ©s de su estadĆa, no volverĆa a Tulum, ya que, entre otras cosas, nunca logró sentirse relajado.
āEl turismo es un negocio y si un destino tiene problemas de seguridad, los turistas simplemente buscarĆ”n otro lugarā, advirtió.
Agregó que la percepción de inseguridad es mĆ”s marcada en Tulum que en Playa del Carmen o CancĆŗn, lo que podrĆa afectar su capacidad de atraer visitantes de alto poder adquisitivo.
Playa del Carmen, mejor evaluado
En contraste, para el trĆo de consultores, la mejor experiencia la vivieron en Playa del Carmen, en el municipio de Solidaridad.
āFue muy diferente. El servicio bastante bien. Nadie se esfuerza, pero nadie te trata malā, narró Peter, quien comentó que Richard encontró que la vida nocturna en los bares era mĆ”s segura, pero acotó que esa visita se limitó a la noche de un sĆ”bado.
Contrario a lo que ocurre en Tulum, observaron una nutrida presencia policial y ālugares fantĆ”sticosā para comer, cenar o visitar, para un nivel socieconómico de clase media.
Notaron que hace falta mantenimiento en las calles y pintura en las fachadas, pero consideraron que la iluminación es óptima, lo que da una sensación de mayor seguridad. āpero necesita trabajoā, agregó Peter.
āComparando la vida nocturna entre Playa y Tulum, efectivamente, Tulum es obscuro. Entonces no genera mucha confianza.
āEn el caso de Playa del Carmen, a pesar de que la parte donde estĆ” la vida noctura es peatonal, hay presencia policiaca, hay cĆ”maras de video vigilancia, pero principalmente hay iluminación, que da la sensación de mayor seguridad. En el caso de Tulum, olvidĆ©monos de la delincuencia, hasta un animal te puede atacar en esa obscuridadā, expresó Manuel.
Sobre la compra-venta de drogas, Richard comentó que nadie se acercó a ofrecerle en Playa del Carmen, caso contrario al de Cancún, en donde ello ocurre en plena playa, de forma evidente sin que a nadie le incomode.
āYo estuve solito en la playa, se acercó alguien para vendernos drogas. No fue mal educado, pero fue bien obvio. Fue muy amable, simpĆ”tico. La cosa mĆ”s importante fue bien obvio que estaba vendiendo las drogas y no le importó a nadie.
āEn Tulum o Playa, de nuestra experiencia, si no estĆ”s buscando las drogas, nadie va a molestarte, en CancĆŗn fue diferenteā, aƱadió.
CancĆŗn, la puerta de entrada y el Ćŗltimo recuerdo
El recorrido de los expertos para la evaluación descrita, inició y terminó en Cancún, concretamente en su Aeropuerto Internacional, que durante casi 55 años ha sido la puerta principal hacia el Caribe Mexicano y el último recuerdo que se lleva un vacacionista de la experiencia vivida en la entidad.
āLa Ćŗltima cosa que vamos a recordar es cómo nos han tratado en el aeropuerto. Por eso los aeropuertos son tan importantes. ĀæCómo funciona, quĆ© parece, si hay mucha cola? Entonces comenzamos nuestra recorrida (sic) por Quintana Roo, obviamente en el aeropuerto. Y por fin terminaremos en el aeropuertoā, explicó Peter.
En esa lĆnea, subrayó que la experiencia en el aeropuerto influye en la percepción general del viaje hecho y que el mal servicio al abandonar el destino, puede opacar la buena experiencia vivida en el destino.
Bajo esa premisa, āla primera impresión es fundamentalā y Ć©sta ocurre ādijoā en el Aeropuerto, en donde la o el turista internacional se topa con filas tremendas, luego de horas de vuelo; con la sensación de poca hospitalidad y ausencia de calidez, porque no existe un mal trato, pero nadie da la bienvenida.
El corredor CancĆŗn-Tulum
Relató que al salir de la terminal sobreviene el acaso para transportarse. āDurante todo el trayecto mucha gente te jala, mira, vente, te llevoā.
Del Aeropuerto hacia la Riviera Maya el turista se topa con una carretera federal llena de hoyos y baches, en mal estado, con infraestructura deteriodada a simple vista.
āDeberĆa ser un paraiso tropical (ā¦.) No quiero ver grafitti, no quiero ver basura; quiero plantas, quiero ver cosas bellas; quiero ver un camino bien reparado, bien mantenido, sin hoyos en la carretera, sin baches.
āEntonces la primera impresión antes de llegar a Tulum, porque fuimos directamente del Aeropuerto a Tulum, fue mala atención dada a la infraestructuraā, expresó Peter.
Manuel enfatizó que durante el camino se observaron filtros de seguridad ācasi casi improvisados, de presenciaā y arcos para detectar vehĆculos robados, pero sin antenas lectoras, ni equipamiento para cumplir su objetivo.
āLlegando a Tulum entiendo el concepto rĆŗstico, casi casi de convivir con la selva, pero una cosa no va peleada con la otra. En la zona hotelera, literal, nada mĆ”s necesita uno llevar el capote para torear los carros, torear las bicicletas o torear las motosā, sostuvo, al insistir en que deberĆa haber una delimitación para evitar accidentes.
PolicĆa turĆstica que no habla inglĆ©s
De vuelta a CancĆŗn, Peter enfatizó que āhay mucho que hacer para mejorar la imagenā de la ciudad y de la zona hotelera, en donde se presume la operación de una policĆa turĆstica que, en su opinión, no cubre los requisitos para denominarse como tal, ya que las y los agentes no hablan inglĆ©s u otro idioma y carecen de conocimientos y manejo turĆstico
Dicen que tienen una policĆa turĆstica, pero su concepto y nuestro concepto son dos cosas diferentes. Ellos necesitan mejorar muchoā, expuso.
Una de las conclusiones del consultor fue que los destinos turĆsticos venden experiencias, memorias y recuerdos; que la gente elige vacacionar en un lugar y no en otro, no por la distancia, sino por los costos y la calidad de la vivencia y los servicios; y que la percepción juega un papel crucial.
āLa mejor publicidad no es un anuncio, es un turista satisfecho que recomienda el destinoā, concluyó Tarlow, advirtiendo que la reputación de un lugar puede cambiar rĆ”pidamente si no se atienden sus problemas a tiempo.
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