

Eduardo May.- Mérida, Yuc. 27 de mar. – Al menos un millón de empleos están en riesgo con el anuncio del gobierno estadounidense de imponer 25 por ciento de aranceles a los automóviles que se venden en esa nación proveniente de otros países a partir de este dia. México es el principal exportador de vehículos a Estados Unidos y las armadoras extranjeras han anunciado posibles despidos.
Al respecto, Juan José Sierra Alvarez presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que, los aranceles que se aplicarán a los automóviles generán inestabilidad en el comercio internacional y ponen en riesgo empleos en toda la cadena de valor.
La imposición de un arancel del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de Estados Unidos a partir de hoy, representa una amenaza directa para la industria automotriz de la región, en su caso en México a un millón de plazas y en su caso en Yucatán, a cerca de 10 mil trabajadores que realizan componentes, chips y equipos electrónicos para vehículos automotores.
Frente a este contexto, consideró que esta medida proteccionista encarece los vehículos, reduce la competitividad y pone en riesgo miles de empleos en la región. No podemos permitir que estas decisiones afecten el comercio y la integración productiva construida durante décadas, dijo el empresario.
Señaló que, empresas internacionales establecidas en Yucatán realizan equipos, materiales, suministros y componentes que se entregan a las armadoras nacionales como Volkswagen, Volvo y Audi, que exportan vehículos completos a otras naciones y que forman parte de las cadenas productivas de estas armadoras.
México, sostuvo, es el principal proveedor de autos al mercado estadounidense y forma parte de una cadena de suministro altamente integrada. Según datos del Inegi, en 2024 México exportó cerca de 3.5 millones de vehículos ligeros, de los cuales el 80 por ciento se enviaron a EE.UU.
La imposición de estos gravámenes no solo impactará a las exportaciones nacionales, sino que también incrementará los costos para los consumidores en Estados Unidos, lo que podría traducirse en una menor demanda y afectar la estabilidad del sector. La incertidumbre generada daña la confianza de los inversionistas y obstaculiza el crecimiento económico de ambos países y pone en jaque a un millón de familias en este país, subrayó.
En este contexto, se debe actuar con determinación para defender los intereses nacionales. Es imprescindible exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el marco del T-MEC y buscar mecanismos para contrarrestar las afectaciones derivadas de estos aranceles, aseguró.
No podemos depender de la voluntad de un solo país para garantizar el crecimiento de nuestra economía. Es urgente fortalecer el mercado interno y diversificar nuestras exportaciones para reducir la vulnerabilidad frente a medidas proteccionistas.
La industria automotriz es un pilar fundamental de la economía mexicana y su competitividad no puede verse afectada por decisiones arbitrarias. Ante este panorama, se requiere una estrategia clara que brinde certidumbre a las empresas y garantice condiciones de competencia justa. El fortalecimiento de la inversión, la innovación y la promoción de nuevas oportunidades comerciales deben ser prioridad en la agenda económica del país, arremetió el dirigente empresarial.